Mastra
“No hay nada peor que la confianza -suele decir una amiga en son de burla- verás como ahora que ya somos amigos me pedirá dinero prestado y como su invitación a cenar viene acompañada del convite a lavar los platos”. Esta broma puede tener algo de cierto: junto con la confianza pueden venir un trato menos amable y exigencias por parte de nuestros cercanos.¿Cómo es que es justamente a quienes debiéramos de tratar mejor los que reciben un trato menos amable? Una reflexión y claves para sostener buenas relaciones.
Se ha estudiado mucho sobre la importancia de la red social, quién cuenta con amigos cuenta con mayores posibilidades de resolver sus problemas puesto que el grupo se activará e su favor y tendrá acceso a más contactos. Incluso la ONU nombró undía para la amistad internacional. Intuitivamente todos sabemos que es positivo y ahora está de moda presumir tu número de “amigos” en las redes sociales virtuales. También se sabe que quien cuenta con buenas relaciones afectivas es menos propenso a la depresión. ¿Cómo es esto posible?
Los antropólogos explican que el grupo social fue fundamental para la supervivencia del individuo y que porello desarrollamos la capacidad de empatía que hoy aún conservamos. Otras especies la han desarrollado también, un interesante experimento con simios (Harlow y Zimmerman http://psicologiaydh.blogspot.fr/2008/01/apego-ii_26.html) demostró su importancia: se estudiaron 8 crías de changos cuyas madres fueron reemplazadas por maquetas; en unos casos las madres eran de alambre y proveían alimento, otraseran de tela felpuda que brindaban calor pero no alimento y por último otras eran de tela felpuda que tampoco aportaban comida pero que se mecían. El resultado: sin importar las condiciones alimentarias adversas, los monitos prefirieron a las madres sustitutas que estaban calientes respecto a las que estaban frías y las madres que se mecían eran preferidas respecto a las madres que estaban quietas.Ahora bien, aunque todos hemos sentido esta necesidad de cercanía, afecto y complicidad, también sabemos que toda amistad puede tener altibajos y problemas. Si analizamos nuestras relaciones objetivamente podremos ver que en muchas ocasiones exigimos a nuestros amigos, familiares o parejas que sean perfectos y cumplan a cabalidad (y expresamente) nuestras expectativas. ¿Es esto un error?
Lapsicoanalista María Luisa Malo brinda pistas cuando dice que la clave de la amistad consiste en no pedir a nuestros cercanos lo que no pueden dar; es necesario conocer a nuestros seres queridos y tener claro qué podemos esperar de cada uno. Uno sabrá consolarte, otro acompañarte en los momentos alegres, otro motivarte en tu trabajo y otro más darte consejos sobre salud o belleza, pero es difícilque una sola persona cumpla con todas las características para cubrir tus necesidades. De hecho es más probable que el amigo que está dispuesto a desvelarse en una conversación telefónica para hablar sobre tu última ruptura amorosa no sea el mismo que tenga la disposición para ayudarte a preparar tu CV y entrevistas laborales.
“Hechos son amores”... Un pensamiento irracional común suele seresperar el “pago” por nuestros favores con la misma moneda; pensar que porque yo le presté dinero a un amigo cuando tuvo un problema económico no implica que él hago lo mismo por mí. Pero de nuevo debemos considerar que tal vez sea puedo contar ciegamente con él para acompañarme a cualquier evento social. Aunque es normal que haya similitudes de personalidad para que haya afinidad, también debemos derecordar que las relaciones suelen ser complementarias y que cada uno le aporta algo particular.
Lo anterior nos lleva a entender que en amistad es necesario perdonar las imperfecciones del otro. Una amistad implica hacerse vulnerable, tomamos riesgos emocionales cuando confiamos cosas íntimas, cuando nos implicamos de forma generosa en sus problemas, cuando nos comportamos con naturalidad...
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