matematicas

Mis aventuras en una ciudad de mentirosos:
Me encuentro escribiendo este diario como recuerdo a ese tortuoso lugar en el que las falsas risas de sus gentes, y su supuesta amabilidad brindada solome han traído a una serie de infortunios que tuve el pesar de sufrir y espero nadie más lo haga, hago este diario como el ultimo recuerdo que dejare y una advertencia al próximo visitante que se tengael valor suficiente de pisar estas mundanas tierras y pueda tener la fortuna de salir que probablemente no tendré.
En mi pequeña casa a las afueras de la ciudad soñaba cada día la posibilidad deentrar el glamour de las grandes ciudades que mi padre solía decirnos en los cuentos para dormir, y que en la imaginación de un niño era la representación de un paraíso que hacia soñar al más iluso de latierra más lejana.
Mi padre a pesar de sus vicios era un hombre sabio en el que sus cuentos siempre dejaba desear con ansias una noche de cuentos en el que como era su costumbre siempre dejaba enun continuara que por cada minuto se hace eterno.
Un día sin cuidado fue que lo vi, un ángel plateado con rumbo a una “hermosa” ciudad que en ese entonces veía y que ahora maldigo, y trato de olvidar,solo vi al conductor que reflejaba la avaricia en su rostro al cobrar los pasajes de cada persona pero miraba sin pesar a los que no podían costearse un simple tiquete y bajaba de su ángel plateadocon insultos y pataletas que al final tenia efecto.
Al momento en el que mis únicas esperanzas de ir a uno de los cuentos de mi padre se desvanecían apareció un hombre que vio mi tristeza expresada enuna lágrima y que con una sonrisa expreso – ¿no puedes pagar el pasaje? A la que yo viendo mi única oportunidad aproveche diciendo las típicas mentiras de un niño –me gaste el dinero en comida, a loque solté un llanto improvisado que conmovió al señor y se ofreció a pagar mi tiquete, mi emoción era evidente como si recibiese los más finos regalos en un cumpleaños y sin más demora me subí al...