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MATERIAL COMPLEMENTARIO PARA LA EVALUACIÓN DEL 1/6/12
DUDA COMO FUENTE DEL FILOSOFAR:
Segundo origen de la filosofía: la duda
[ ¿Será entonces, quizá, que no es posible conocer el fundamento del ente, puesto que la filosofía se mueve en tal anarquía? ¿O será que hasta ahora no se ha acertado con la manera adecuada de conocerlo? El conocimiento humano está constantementeasechado por el error, y esto no sólo ocurre en la filosofía, sino también en la ciencia y en la vida diaria. Entonces aquellas preguntas y este estado de cosas nos llevan a señalar unsegundo origen de la filosofía y a plantearnos el problema del conocimiento.
El primer origen de la filosofía se lo encontró en el asombro. Pero la satisfacción del asombro, lograda mediante el conocimientofilosófico, pronto comienza a vacilar y se transforma en duda en cuanto se observa la multiplicidad de los sistemas filosóficos y su desacuerdo recíproco, y, en general, la falibilidad de todo conocimiento. Esta situación lleva al filósofo a someter a crítica nuestro conocimiento y nuestras facultades de conocer, y es entonces la duda, la desconfianza radical ante todo saber, lo que se convierte enorigen de la filosofía.
Reflexiónese ante todo en los llamados errores de los sentidos. Por ejemplo -y estos ejemplos son muy viejos, repetidamente aducidos a lo largo de la historia de la filosofía, pero justo por ello conviene recordarlos-, una torre vista a la distancia parece circular, mas observada de cerca resulta ser de base cuadrangular; un remo parcialmente introducido en el aguaparece quebrado, pero si se lo saca del agua se "endereza", y si se lo vuelve a sumergir, parece volver a quebrarse; y si mientras se lo ve quebrado se lo toca con lamano, se tendrá a la vez dos testimonios diferentes: el ojo dice que el remo está quebrado, el tacto que no. Estos problemas los resuelve la óptica de manera relativamente sencilla; pero no es ahora la solución de los mismos lo queinteresa, sino tomar clara conciencia de que los sentidos con frecuencia nos engañan, que nuestras percepciones suelen ser engañosas. Pero entonces, ¿qué seguridad tenemos de que no nos engañen siempre? Y con nuestra otra facultad de conocer, con el pensamiento, con la razón, ¿qué ocurre? ¿Puede tenerse la absoluta seguridad de que la razón no nos engaña? Parece que no, porque a veces nos equivocamos aunen los razonamientos más sencillos, por ejemplo haciendo una simple suma; por tanto, no es la razón un instrumento tan seguro como para confiar ciegamente en ella. O bien considérese el siguiente problema: una casa la hacen 50 obreros en 20 días, 100 obreros en 10 días, 200 obreros en 5. 400 en 2días y medio..., y si se continúa así, resultará que con un número x de obreros la casa se hará en unsegundo. El cálculo está bien hecho, y desde este punto de vista la argumentación es perfectamente racional; pero es obvio que no es posible fabricar una casa en tiempo tan breve. En su construcción intervienen factores que invalidan el cálculo; es preciso, por ejemplo, manipular los materiales, que el cemento o la argamasa se consoliden, etc. -además de que, y sobre todo, habría tanta gente en unmismo lugar que nadie podría trabajar (ya dice el refrán que "muchas manos en un plato hacen mucho garabato"). De manera que la razón, que ha realizado un cálculo matemáticamente irreprochable, no basta en este caso para determinar la manera de construir rápidamente la casa del ejemplo; parece como si hubiera una cierta falta de coherencia entre la razón y la realidad, un cierto coeficiente deirracionalidad en las cosas. Y dejando de lado este ejemplo, que por supuesto es deliberadamente exagerado, piénsese en tantos sistemas políticos que el hombre ha ideado, sistemas, muchos de ellos, enteramente racionales, perfectamente bien pensados, pero que, llevados a la práctica, si no han sido un desastre, por lo menos han quedado muy lejos de las pretensiones de quienes los idearon y...
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