Matrimonio... Crisis o Crecimiento
La autenticidad es el fruto en la vida de un cristiano convencido y maduro. Donde hay un cristiano maduro, hay un hombre auténtico. La autenticidad se hace urgente cuando tomamos encuenta el ambiente de la sociedad de hoy donde abundan muchas falsificaciones y se han refinado de sobremanera las técnicas de manipulación de la sociedad y de los individuos.
Muchos jóvenes quese preparan para afrontar la vida se encuentran con imágenes que son poco reales, personajes de películas, estrellas de la música, placeres seductores, todo cuidadosamente fabricado para presentar unafigura atractiva de la felicidad pero esencialmente ilusoria, irreal e incoherente. Tristemente muchos optan o se dejan llevar por estas simulaciones sólo para fracasar tarde o temprano cuandodescubren que hay una gran diferencia entre la realidad y el mundo de sus sueños. Otros, aunque muchas veces inconscientemente, tratan de mantenerse y vivir en este mundo ilusorio creando un ambienteartificial sea por medio del dinero, del sexo, del alcohol o de la droga.
La situación es preocupante, de ahí la importancia primordial de un conocimiento sólido del hombre, del cual hemos tratado en loscapítulos anteriores, y una autenticidad de vida. Antes de adentrarnos en el tema, es preciso preguntarnos ¿quién es el hombre auténtico?
En el contexto de nuestro estudio basta decir que el hombreauténtico es aquel en el que la expresión de sus sentimientos, tendencias y pensamientos está en conformidad con su identidad íntima y esencial. Aquí hay que enfatizar el término "expresión", esdecir, la manifestación del interior del hombre. Ser auténtico no es lo mismo que seguir la moda, ni es lo mismo que actuar porque todos lo hacen así; es más bien una actitud interior que se evidencia enel pensar y obrar cotidiano.
Dentro de esta concepción de la autenticidad como expresión de lo interior existen los que dicen que un acto auténtico es aquel que brota espontáneamente del mundo...
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