Matrimonio Y Anticoncepción

Presentación

I. La Cruz como problema de fondo

II. Amor conyugal, amor humano

III. La vocación conyugal

1) Vocación
2) El estado conyugal
3) Algunas consecuencias de lo expuesto

IV. El matrimonio y el plan del principio

1) El “Principio”
(i) No es bueno que el hombre esté solo
(ii) Hueso de mis huesos, carne de mi carne
(iii) Serán una sola carne
(iv) Estaban desnudosy no se avergonzaban
2) Bajo el régimen del pecado
3) Unidos in Domino: el matrimonio bajo el régimen de la gracia

V. La paternidad responsable

VI. Las profecías de la Humanae vitae

1) El camino de la infidelidad
2) La degradación moral
3) La pérdida de la dignidad de la mujer
4) Política y demografía

VII. La norma moral de la Humanae vitae

1) La enseñanza positiva de laHumanae vitae
2) El aspecto normativo de la Humanae vitae

VIII. Los métodos naturales

1) El fundamento de los métodos naturales
2) Ordenados a buscar un embarazo
3) El uso lícito para evitar un embarazo
(i) El objeto moral de los métodos naturales
(ii) El fin de los métodos naturales
(iii) Los métodos naturales y el lenguaje del cuerpo
(iv) El soporte de una práctica honesta
4) Elabuso de los métodos naturales

IX. Los métodos artificiales

1) El acto contraceptivo
(i) Destrucción del aspecto procreativo
(ii) ¿Aspecto anti-unitivo?
(iii) El “mal esencial” del acto anticonceptivo
(iv) La esterilización y el aborto
a) La esterilización contraceptiva
b) El aborto procurado
2) La mentalidad anticonceptiva
3) ¿Podría cambiar la doctrina de la Iglesia sobre laanticoncep-ción?
4) La máxima diferencia entre métodos naturales y anticoncep-ción

X. El Magisterio de la Iglesia y la moral conyugal

XI. Falacias y objeciones

1) ¿Regulación de la natalidad o explosión demográfica?
(i) El panorama mundial
(ii) Las causas
(iii) Las consecuencias
2) Anticoncepción y problemas económicos
3) Anticoncepción y dominio sobre la creación
4) Anticoncepción comomal menor
(i) Una mala formulación
(ii) ¿La anticoncepción o el aborto?
5) Anticoncepción y principio de totalidad

XII. Amor y dificultades

XIII. Las tres tensiones del amor

1) La primera tensión
2) La segunda tensión
3) La tercera tensión

Colofón
I. La Cruz como problema de fondo
u “La doctrina de la Iglesia en materia de regulación de la natalidad... no sería posibleactuarla sin la ayuda de Dios, que sostiene y fortalece la buena voluntad de los hombres”

Planteaba con toda honestidad Pablo VI, al comienzo de su encíclica las dudas y cuestionamientos de muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo: “Consideradas las condiciones de la vida actual y dado el significado que las relaciones conyugales tienen en orden a la armonía entre los esposos y a su mutuafidelidad, ¿no sería indicado revisar las normas éticas hasta ahora vigentes, sobre todo si se considera que las mismas no pueden observarse sin sacrificios, algunas veces heroicos?” (HV, 3). Dicho de otro modo: ¿están los hombres de hoy en condiciones de aceptar una doctrina moral exigente?

Quizá este breve capítulo tendría que haber ocupado el último puesto de estas páginas, como su colofón. Peroprefiero empezar por él, porque considero que trata una de las claves para comprender un aspecto muy importante del problema que analizamos. Podríamos formularlo con una pregunta: ¿qué aceptación ha tenido la doctrina pontificia sobre la sexualidad matrimonial y sobre la relación entre sexualidad y natalidad? No se puede responder fácilmente y con exactitud a esta pregunta. Si hacemos caso a lasvoces que se oyen por doquier, tal vez nos desalentaríamos, pues da la impresión de que no son muchos los matrimonios que acogen con alegría la exigente doc-trina de la Iglesia. Sin embargo, a esta altura de la historia cualquier persona de sentido común debería estar inmunizada ante la represen-tatividad de lo que llamamos “las voces que se escuchan”, es decir, los corifeos de los medios de...