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Agus, Milena
Mientras duerme el
tiburón

Título original: Mentre dorme el pescecane
Traducido por: Mónica Herrero
Edhasa — Buenos Aires
Primera edición en Argentina: diciembre de 2011
ISBN 978—987—628—147—8
Digitalizado por Cordoba1946

—¿Y ahora? —preguntó Pinocho.
—Ahora, hijo mío, ¡estamos perdidos!
—¿Por qué perdidos? Dame la mano, papito, y cuidado
con resbalarte.
—¿Adónde mellevas?
—Debemos volver a intentar escapar. Ven conmigo y
no tengas miedo.
De Las aventuras de Pinocho
de Carlo Collodi

1. La familia Sevilla Mendoza

En realidad, la nuestra no es para nada la familia
Sevilla Mendoza. Somos sardos, de ello estoy segura, desde
el paleolítico superior.
Mi padre es quien nos llama así, con los dos apellidos
más comunes de allá. Ha viajado tanto y sumito es la
América, pero no la del Norte, rica y afortunada, sino la del
Sur, pobre y jodida. Cuando él era joven, decía que
regresaría allí con la mujer con quien se casara, con la cual
compartiría los ideales y la aventura de tratar de salvar al
mundo.
Pero a mamá nunca le pidió que lo acompañara. Él ha

viajado adonde hubiera necesidad de ayuda. Pero nunca con
ella, que tiene demasiadomiedo de los peligros y siempre
anda sin fuerzas.
En nuestra casa, cada uno persigue algo: mamá, la
belleza; papá, América del Sur; mi hermano, la perfección;
la tía, un novio.
Escribo historias porque, cuando este mundo no me
gusta, me transporto al mío y me siento muy bien.
Y este mundo tiene tantas cosas que no me gustan.
Diré, más bien, que lo encuentro feo y,
decididamente, prefieroel mío.
En mi mundo, está también él, que ya tiene una
esposa.
No debo olvidar para nada lo que ha dicho.
—Júrame que no querrás tener una relación
sentimental conmigo.
Y yo:
—Te lo prometo.
—Lo nuestro será una relación animal y no vegetal.
—Una relación animal.
—Dos perros que agitan la cola cuando se ven y se
huelen el culo.
—¿Te parezco linda?
—La más linda que hay aquí.
—Perosólo estoy yo aquí.
—¿Pues bien?
—Por favor, dime si soy linda.
—Tu culo es el mejor del mundo.
Pero mi idea del amor no puede ser solamente el culo.
—Mi cara, ¿te gusta mi cara?
—Con un culo como el tuyo, qué carajo me importa la
cara. Y, además, si hay algo que me rompe las pelotas es

decir cumplidos a pedido.
Entonces me detengo, porque no quiero hacer como
mamá.
La abuela cuenta quemamá siempre ha sido un poco
densa. Cuando niña, antes de ir a la cama, saludaba a sus
padres con un beso y las buenas noches. Ellos quizás
estaban cansados y le respondían con tono distraído
"buenas noches".
—¡Denme unas lindas buenas noches! —imploraba la
niña.
—Buenas noches —decían un poco irritados.
—¡No así, no así! ¡Ahora son más feas que antes! —se
desesperaba y lloraba hasta quelos abuelos, exhaustos, la
saludaban como correspondía. Sólo entonces se dormía.
Mamá se levanta al alba y va a la terraza con el balde
con lavandina y la escoba, para limpiar las "caquitas" de las
palomas. Pero también es buena con las palomas. Las invita a
irse construyendo a cada lado una barrera de plantas
espinosas rojas y blancas, que combinan perfectamente con
el piso. O cuelgasobres en las sogas, con lo cual las espanta
con su crujido. También todas las otras flores son rojas y
blancas: los jazmines, las rosas, los tulipanes, las fresias,
las dalias.
Para ella, los colores son importantes incluso cuando
cuelga la ropa, aunque pienso que no se trata de estética.
Para las sábanas de nosotros, sus hijos, por ejemplo, usa
siempre broches color verde: la esperanza. Paralas de su
cama y de papá, broches rojos: la pasión. He observado que
evita siempre el amarillo, la desesperación, y, cuando lo
encuentra en los paquetes que ya vienen armados, me doy
cuenta de que los hace desaparecer.

Mamá no tiene miedo sólo de los broches amarillos,
sino de todo. Es raro que mire una película hasta el final en
lugar de escapar del cine aterrorizada ante la primera...