me basta - guillermo fadanelli

Páginas: 8 (1842 palabras) Publicado: 8 de abril de 2014
Todo comenzó cuando abrí una puerta que debió mantenerse siempre cerrada. No soy la clase de bebedor que acostumbra husmear en las habitaciones de las casas a donde se me invita. La rutina que sigo cuando me presento en una fiesta es sencilla: selecciono un sillón en el rincón más cómodo de la casa, sonrío, bebo todo lo que se me ponga a la mano y me marcho cuando se termina el vino o cuando losanfitriones están cansados y hartos de la reunión que ellos mismos propiciaron. Sí, es cierto que la rutina no siempre puede seguirse al pie de la letra y justo eso fue lo que sucedió el día en que abrí la puerta indebida y conocí a Siena.
No sé cuántas personas han conocido a la mujer más importante de su vida en una tina de baño, pero en mi caso los hechos ocurrieron de esa manera. La numerosareunión tuvo lugar en una elegante casa de varios pisos ubicada en una hermosa calle empedrada al sur de la ciudad, en el barrio de Tlalpan. Los baños señalados para el uso de las visitas se hallaban ocupados y pese a que no conocía lo suficiente al anfitrión como para internarme en sus dominios, subí unas escaleras que conducían hasta el tercer piso. Estaba seguro de encontrar un bañodesocupado, pero a quien descubrí desnuda, sumida en el agua tibia de la tina de baño, los ojos cerrados, sus oídos bloqueados por unos audífonos de los que emanaba un sonido para mí confuso, fue a Siena.
Permanecí más de un eterno minuto mirándola, azorado, dudoso entre marcharme de allí y volver a la reunión o alargar más mi tiempo a su lado. Sin embargo, tomar una decisión precipitada no fue necesarioporque ella abrió sus hermosos ojos almendrados y me dijo: “¿Vienes a drogarte o eres un pervertido?” No recuerdo cuáles fueron las palabras que utilicé pera justificar mi intromisión, pero mi desasosiego debió parecerle gracioso porque enderezó unos grados su cuerpo, se despojó de sus audífonos y me preguntó si podía conseguirle un poco de cocaína.
No me sorprende que en los tiempos que correnlas jóvenes sean tan dueñas de sí, sobre todo cuando están en presencia de un hombre que las contempla embelesado; lo que me asombró en esa ocasión fue mi propia conducta. Hurgué en mi pantalón en busca de cocaína, puse la bolsita de plástico sobre las pantaletas de Siena, las cuales se hallaban a un lado de la tina, y salí de ese cuarto a paso apresurado, como si el único impulso que animara misextremidades consistiera en alejarme de ese lugar.
Volví a la reunión e intenté conversar con mi anfitrión, un académico famoso sepultado en honores universitarios, para conocer así detalles sobre las personas que habitaban la casona, pero me decepcionó su escrupulosa amabilidad, la cual quise interpretar como hastío, y me marché sin despedirme de nadie. Buscaba una fuerte dosis de sosiego y sabíaque la encontraría en la tranquilidad de mi departamento. Minutos después de la media noche, instalado en mi casa, hice lo que nunca antes durante los diez años que he vivido en soledad: puse una tina de agua caliente, introduje mi cuerpo en el agua, conecté unosaudífonos en mis oídos e intenté reproducir en mi mente la escena recién acaecida en casa del académico. Siena era yo mismo siendoobservada por un sujeto desconocido que resultaba ser también yo mismo. Aquello fue un rotundo fracaso, un gorila sumido en una estrecha tina de cerámica no podría jamás ejercer ningún poder de seducción, sino a lo más causar conmiseración o risa.
La segunda ocasión que me encontré con Siena fue al contemplar un cartel de publicidad a orillas del viaducto Piedad. La misma sonrisa complaciente, sucuerpo delicado, su cabellera lacia, era ella, no podía ser otra. La joven había permanecido en mi mente como un trauma en el imaginario de un niño y se quedaría en ese sitio por el resto de mis días. Para defenderme de ese trauma cada vez más incómodo dejé incluso de pasar por viaducto y de mirar carteles que me recordaran el incidente vivido semanas atrás. Lo hice impelido por una suerte de...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Edudar a Los Topos De Guillermo Fadanelli
  • análisis del libro Los Cachoros de Guillermo Fadanelli
  • Resumen de "Educar a los Topos" de Guillermo Fadanelli
  • basta ya
  • Basta Ya!
  • Basta
  • Guillermo
  • Basta ya

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS