uenas tardes, me alegro mucho de haber sido invitado a esta reunión de matrimonios para celebrar y recordar lo importante que es y ha sido para vosotros elecho de casarse por la Iglesia, también es muy importante y significativo que después de tantos años de matrimonio sigáis unidos y que lo celebréis en la Iglesiacon vuestras bodas de plata, debo deciros que yo las celebré hace dos años, por lo tanto llevo ya 27 años casado y con la misma; y es más que no me arrepientode nada y doy gracias a Dios por mi esposa y por mis dos hijas, que han sido dos grandes alegrías en mi vida y mi mujer un apoyo diario e insustituible.También debo reconocer que mi experiencia matrimonial, como creo que la mayoría, ha tenido sus penas y alegrías, sus luces y sus sombras, pero gracias a la ayudade Dios y a la buena comunicación que hemos tenido hemos podido solventarlo todo, y salir mas o menos bien de los problemas que han surgido y que seguiránsurgiendo.
En todo este tiempo el concepto de familia y sus bases han cambiado notablemente, y estos cambios son los que voy a tratar esta tarde.
En losúltimos años, tanto en los estados europeos como en las instancias supranacionales (Parlamento Europeo, Consejo de Europa, Organización de las Naciones Unidas,etc), ha surgido una fuerte preocupación por los problemas de la familia. Se corresponde esta preocupación con la creciente sensibilidad social ante la necesidadde proteger a la familia y los entornos de la vida familiar, de modo que la política familiar ha pasado a ser entendida como una prioridad social y pública.
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