medellín es así


La ciudad no se ha ido


“Digamos que uno no tiene por qué amar,
 aquel lugar al que pertenece, sino
que uno pertenece a los
lugares que ama”

José Manuel Fajardo

Ciudad como escenario para amores y odios, para las “verdes y las maduras”, ciudad como memoria para recordar y contar, ciudad que cualquier cosa menos quieta, obra cambiante y confusa; urbe que recorre lo bueno, lomalo y lo feo, culturas que mal o bien conviven, que mal o bien miran, ciudad rival y amiga, calles para ti, para mí, para todos.
La ciudad como una serie de puntos sueltos que forman una línea, a veces recta otras curva pero finalmente línea, una línea que quiere salir adelante y apuntar hacia el cielo, una línea que transporta muchos pasajeros, desde bebedores anónimos hasta el sudor delluchador. La mayoría, aunque cansados, danzando sobre el lugar que les dio nombre y un techo bajo el cual ser.
Se le saluda a Medellín, a la ciudad que con la misma capacidad que se le puede odiar, se le ama, con las mismas ganas de quedarse en ella, se le abandona. Con la eterna primavera encima el gamín sonríe, el poeta se inspira y el ladrón dobla la esquina. En esta licuadora que se mueve cada vezmás rápido albergan morbosos y sin oficio, el “buen negociante” que por el afán de lucrarse instala su fábrica de dinero fácil, las putas pálidas, el metro aéreo, los que ambulan desde muy temprano, el bus “tetiado”, cantinas abiertas 24/7, la paranoia del transeúnte que no sabe quién lo va atracar si el de adelante o el de atrás, ¿en cuánto me lo deja? , dice el comprador, muchos con el sueño del“negocito”, “pase, pase, agachase, todo a 500” y los famosos tragaderos, donde se come bueno, barato y bastante.
“Echaos pa´ lante”, como dice la canción de Leonardo Marín, “El Desempleado”1, “ya cumplí tres años buscando trabajo, me mandan pa´ arriba y de arriba pa´ abajo, yo estaré dispuesto a cualquier oficio, cuidando pirañas, lavando edificios, consigo entrevistas, invento disculpas, yo le hagola fila, le pago la multa, falsifico firmas, le cambio las huellas. Sirvo de testigo en cualquier asunto, si no tiene pruebas consigo al difunto, le tengo el remedio para la diarrea con tal que me paguen yo hago lo que sea”, esa actitud del paisa de no vararse y de “echar pa lante”, es lo que hace a una Medellín pujante, a una gente que narra exagerando, que se las rebusca como sea pero que alfin y al cabo esta envuelta en el concepto ciudad, un término que sigue ahí , que no va morir.
¿Medellín, una ciudad para quedarse? No. Para el polémico escritor Fernando Vallejo, no lo es, hace diez años la abandonó y asegura que “la ciudad esta hecha un desastre, pero a lo mejor es todo el país y todo el planeta. Hay demasiada gente, no cabemos. Demasiado carros, demasiados buses, no tenemos paradonde movernos. La ciudad es la misma desde mi infancia”. Enuncia que lo que lo hace venir a Colombia de vez en cuando son los muchachos de Medellín y el barrio Boston, donde vivió los primeros años de vida, “mi casa todavía está, no la han tumbado para hacer un edificio, pero no demoran. Esa casa me trae muchos recuerdos” 2 , Fernando tiene una obra incendiaria, se comenta que su propuesta deodiar el país, Medellín la ciudad dónde nació y el mundo entero, es egoísta, nada bueno destaca de la humanidad y por muy superpoblada que esté la ciudad o el mundo como tal, vallejo se vuelve repetitivo en su crítica, se empaqueta en solo dos o tres heridas que la ciudad le hizo y se suelta a escupir fuego y a calumniar cada movimiento de la ciudad y el país, ignorando cualquier adelanto, cualquiernivel alto al que se haya ascendido.
Fernando expone su odio en la virgen de los sicarios, con desgarro, con nostalgia, “...sí señor, Medellín son dos en uno: desde arriba nos ven y desde abajo los vemos, sobre todo en las noches claras cuando brillan más las luces y nos convertimos en focos.  Yo propongo que se siga llamando Medellín a la ciudad de abajo, y que se deje su alias para la de...