Medicina Intercultural En Hospitales Rurales
Roberto Campos Navarro
*Rev. SALUD PROBLEMA, nueva época, Año 4 núm. 7,
Diciembre 1999, pp. 75‐80
Transcrito con fines didácticos por:
Leticia García César /Rev. Rebeca Cruz Santacruz.
RESUMEN
La práctica de la biomedicina en los pueblos indígenas
constituye una obligación ineludible de los gobiernos
nacionales para cumplir con el compromiso social, político e
histórico con aquellos que ahora son los herederos de los
pueblos originarios de América.
Desde una perspectiva antropológica, la práctica médica
intercultural no es suficiente con la instalación de centros de
salud y hospitales, ni con la mera presencia de médicos, enfermeras y promotores sino existe una genuina adecuación
de los servicios y del personal a las características económicas,
sociales y culturales de las poblaciones amerindias.
En este ensayo proponemos una normatividad que obligue a
las autoridades sanitarias a que los hospitales que se
encuentran en medio de los pueblos indígenas realicen adaptaciones socioculturales que brinden una mejor calidad de
la atención hospitalaria.
Palabras clave: Biomedicina, práctica médica intercultural, atención médica en poblaciones indígenas.
Introducción
¡Urgencias! ¡Hospital!
De pronto, arrastrada por un raro dolor
entro a este mundo de todos y de nadie,
Donde estaré quién sabe cuánto tiempo Para salir cualquier hora de un día, de pie y hacia la vida
O quietamente horizontal y ciega.
Me ordenan despojarme de cosas y de ropa.
Me plantan una bata sin botones.
Prohibido un libro, una hoja de papel,
Una pluma, un lápiz para labios. ¡Todo!
Me conducen arriba.
Y desde ese momento, soy un número.
No soy dueña de mí, ni tengo voz ni voto.
Me empujan, viran, se detienen. Me introducen a un túnel de miedo.
Fragmentos de Memorias de hospital
(Paz Paredes, 1986:235)
Antes del arribo de los españoles a tierras americanas
existían pueblos que tenían sus propias maneras de
comprender la vida y la muerte. Por ello, su particular
cosmovisión del mundo implicaba una serie de creencias,
prácticas y saberes con respecto al proceso salud‐enfermedad‐atención.
Con la llegada de los europeos, gradualmente se
impusieron la ideología cristiana y las prácticas e
instituciones médicas de la Península Ibérica. Tal
imposición resultó parcial y fragmentaria pues los pueblos
conquistados continuaron, en forma pública o secreta,
con sus conocimientos y practicas milenarias pero fueron
adoptando algunos elementos de la medicina popular
hispánica y de la medicina tribal africana aportada por los
esclavos negros traídos al Nuevo Mundo (Aguirre‐Beltrán,
1963).
La práctica de una medicina intercultural se hizo
inexorablemente necesaria: los conquistadores y esclavos
recurrieron a los curanderos locales y sus hierbas
medicinales, en tanto que los amerindios, azotados por
las temibles y desconocidas epidemias de origen foráneo,
recurrieron a hospitales y remedios extraños
proporcionados por misioneros y doctores venidos de
Europa.
En la actualidad se calcula una población amerindia
superior a los 42 millones, con aproximadamente 400
pueblos indígenas diferenciados en cuanto a sus culturas,
lenguas y costumbres. En términos absolutos, México
ocupa el primer lugar con cerca de 12 millones de
indígenas (14% de la población total), pero le superan en
porcentajes relativos: Bolivia (71%), Guatemala (66%),
Perú (47%), Ecuador (43%), Belice (19%) y Honduras (15%)
(Iturralde, 1992:109‐122).
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