Medieval
F. Javier Villalba Ruiz de Toledo. En “Cuadernos de Historia Medieval”, Universidad Autónoma de Madrid, publicación electrónica en:
http://www1.universia.net/CatalogaXXI/pub/ir.asp?IdURL=76148&IDC=10010&IDP=CL&IDI=1
Las Costumbres de los germanos.
Mientras los germanos no hacen la guerra, cazan un poco y sobre todo viven en la ociosidaddedicados al sueño y a la comida. Los más fuertes y belicosos no hacen nada; delegan los trabajos domésticos y el cuidado de los penates y del agro a las mujeres, los ancianos y los más débiles de la familia, languidecen en el ocio; admirable contradicción de la naturaleza, que hace que los mismos hombres hasta tal punto amen la inercia y aborrezcan la quietud. Es costumbre que espontánea eindividualmente las tribus ofrezcan a sus jefes ganado y cereales, lo cual, recibido por éstos como un homenaje, también satisface sus necesidades. Pero ante todo les halagan los presentes que les son enviados de pueblos vecinos, no sólo por particulares, sino también oficialmente, tales como caballos escogidos, ricas armas, faleras y collares (...) Los pueblos germanos no habitan en ciudades, es biensabido, incluso no toleran que las casas sean contiguas. Se establecen en lugares aislados y apartados, en relación con una fuente, un campo o un prado, según les plazca. Las aldeas no están construidas como nosotros acostumbramos, con edificios contiguos y unidos unos a otros; cada uno tiene un espacio vacío que rodea su casa, sea como defensa contra los peligros de incendio, sea por ignoranciaen el arte de la construcción. En realidad, no emplean ni piedras ni tejas, se sirven únicamente de madera sin pulimentar, independientemente de su forma o belleza. No obstante embadurnan los lugares más destacables con una tierra tan pura y brillante, que imita la pintura y los dibujos de colores. También acostumbran a excavar subterráneos que cubren con mucho estiércol y que sirven de refugiodurante el invierno y de depósito para los cereales, puesto que estos lugares los preservan de los rigores del frío. Y de este modo, si el enemigo aparece, sólo saquea lo que está al descubierto, las cosas ocultas y enterradas o bien las ignoran o bien por ello mismo les escapan, puesto que habría que buscarlas.
Para todos, el vestido es un sayo sujeto por un broche o, a falta de éste, por unaespina; sin otro abrigo permanecen días enteros junto al fuego del hogar. Los más ricos se distinguen por su vestidura no holgada, como la de los sármatas y los partos, sino ajustada marcando los miembros. También visten pieles de fieras, descuidadamente los más próximos a las orillas, con más esmero los del interior, para quienes las relaciones comerciales no pueden dar otro atavío. Eligendeterminadas fieras y adornan con manchas las pieles arrancadas (...) y el vestido de las mujeres no difiere del de los hombres, excepto en que las mujeres se cubren más frecuentemente con tejidos de lino adornados con púrpura y en que la parte superior del vestido no se prolonga formándolas mangas; llevan desnudos los brazos y los antebrazos, incluso la parte alta del pecho aparece descubierta.
P.CORNELIO TACITO, "De origine et situ Germanorum". Ed. E. Koestermann, Lipsiae in aedibus B.G. Teubneri, 1949, II, fasc.2, pp. 14-15. Recoge M. RIU y otros, "Textos comentados de época medieval (siglo V al XII)", Barcelona, 1975, pp. 30-32.
Las cofradías de los germanos antes de las invasiones:
(...) Eligen algunas veces por príncipes algunos de la juventud, ya sea por su insigne nobleza, opor los grandes servicios y merecimientos de sus padres; y éstos se juntan con los más robustos, y que por su valor se han hecho conocer y estimar; y ninguno de ellos se avergüenza de ser camarada de los tales y de que se los vea entre ellos; antes hay en la compañía sus grados los cuales son discernidos, por parecer y juicio del que siguen. Los compañeros del príncipe procuran por todas las...
Regístrate para leer el documento completo.