por la naturaleza, la sana convivencia con ella y la protección. Tal vez no sea fácilreducir ahora, las emisiones de dióxido de carbono, la tala de árboles, lacontaminación del agua, etc.,pero si es más fácil que los niños se acostumbren a nousar el carro si no se necesita, a cuidar el agua, a reciclar. Y a lo mejor en unmañana, no muy lejano, se respire un aire limpio, ennuestro país. A mí, sobre todo,el ver cómo las autoridades no se han preocupado como debieran por estos temasecológicos, me entristece. Pero si el gobierno no pone medidas, nosotros losciudadanosdebemos comenzar a ponerlas, porque al fin y al cabo todos somoshabitantes de este gran planeta azul, que llamamos hogar. Hogar, que si no hacemosalgo, terminaremos por destruirlo. Porque“Cuando el último árbol haya sidoabatido, cuando el último río haya sido envenenado, cuando el último pez haya sido pescado, sólo entonces nos daremos cuenta de que no se puede comer el dinero.”JefeSeattle, 1856población infantil de la ciudad porque sus niveles de plomo en la sangre se hanreducido significativamente. También, se ha trabajado conjuntamente con el Bancoy mundial y otrosorganismos internacionales, en un proyecto para mejorar lacalidad del aire entre los años 2000 y 2010. En este proyecto, se pretende mejorar alsector de transporte, incluyendo modernización,regulación e inspección deemisiones, incluyendo el uso de combustibles más limpios y alternativos. Uno deestos combustibles, podría ser el gas natural comprimido. La conciencia públicatambién esun elemento para disminuir la contaminación ambiental. SIMA, unorganismo en la ciudad de México, pone al alcance de los ciudadanos los datossobre la calidad del aire y de la radiaciónultravioleta. Otra de las posiblessoluciones, es encontrar métodos alternativos para la producción de energía, ysustituir el uso del petróleo por otra sustancia menos, mucho menos, dañina para e
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