Megadeth En Arg

Megade, megade, megade… Megade te volvimos a ver…

Para reseñar un recital de Megadeth en la argentina (cuando no) antes hay que dejar en claro un punto. Si uno va con la predisposición dedisfrutar 100%100 de la performance de la banda entonces fue al concierto equivocado. Porque la agrupación de Dave Mustaine es la más tribunera por excelencia para el público argento. Así que a aguantarse loscánticos, coros, pogo y demases llevados a la exageración, y dejarse llevar por lo que es la magia de La filarmónica del colorado en nuestras pampas.

Esta vez le tocó el turno al Micro EstadioMalvinas Argentinas, el nuevo epicentro del rock, para llenarse del trash metal que nos trae Mustaine año a año. “Trust” inauguró un set list corto, de 15 temas, basado en clásicos. Mejor, dado que laúltima vez que vinieron habían tocado el álbum “Rust in Peace” completo, en el Luna Park. Y peor dado que fue la actuación más corta de la agrupación en el país. ¿Podría ser porque el colo venía de unaoperación cervical por tanto headhanging que se mandaba?

Excusas aparte, no hay explicación para el decadente sonido que se oyó en la primer parte del recital. Por suerte, la cosa mejoró, no tanto,ya entrado con “A Tout Le Monde; “Whose Life (Is It Anyways?)”y “She-Wolf”- la segunda junto a “Public Enemy Nª1” únicas canciones que hicieron del último disco,Th1rt3en-. Sin embargo, seguíaescuchándose más alto los instrumentos que la minúscula voz de Munstaine.

Por su parte, el histórico bajista David Ellefson cumplió su rol tan bien de cómo lo hace desde hace más de 25 años. Que junto aChris Broderick (guitarra) se paseaban por todo el escenario arengando. Y no hubo oportunidad de un solo de batería para saber que Shawn Drover existía.

“Peacell Sells” le agregó un poco más de colora la cosa, cuando entremedio de los músicos desfilo Vic Rattlehead, la mascota del grupo, mientras que apuntaba su pistola de rayos laser al público. Otro momento clave fue en la que sabemos...