Mejor muertos
Santiago de Chile, 23 de Marzo de 1981
“Recuerdo tanto la noche en que la vi por primera vez, llevaba un vestido rosa de escote y de falda englobada con unas baletas muydelicadas, lucía tan o más elegante que las personas junto a las que estaba sentada. A esa gente se le notaba el porte y prestigio. Esa clase alta a la cual, ni mis aspiraciones, ni yo, nunca perteneceríanporque a esa vida la encontraba vacía. Crecí en un círculo social muy inferior al de esa clase alta. Mi madre siempre me enseño las diferencias sociales que marcaban “estereotipos” entre las personas.Pero esa noche, en esa fiesta de quince, ni las enseñanzas de mi madre, ni los resentimientos entre familias altas y normales o medias de la sociedad evitarían que mis ojos clavaran todas las miradasen esa hermosa mujer, aquella dulce princesa vestida de burguesía.
Esa fue la fiesta de quince más elegante a la cual había podido colarme, porque eso si siempre me gustaron las fiestas. A diferenciade ella yo iba vestido muy casual: un jean ajustado, unos converse negros y una sencilla chaqueta negra, tal vez, también lucía elegante.
Entre a aquel salón dorado en la Calle Ahumada, con mihermano, entrar a ese tipo de fiestas era solo cuestión de buenas estrategias, por ello, nunca perdíamos fiestas en Santiago. Pero la de aquella noche fue inolvidable.
En el momento de bailar, la vi decerca, mis ojos se iluminaron y un nudo en la garganta solo me permitió preguntarle cual era su nombre, a lo que en una dulce voz escuche:
- Violeta Villaazul.
Con la naturalidad de su respuesta misansías se calmaron lentamente y permitirían que yo hubiera estado con ella por lo menos una hora, en ese tiempo hablamos mucho y acordado encuentros, pues habíamos sentido una química maravillosa.Pero después de ese tiempo vi como se acercaba el Señor Villaazul muy enojado por el mal comportamiento de Violeta al haberse relacionado con gente de mi “estirpe”, la agarró muy fuerte del brazo y...
Regístrate para leer el documento completo.