Memoriales del convento - saramago

Páginas: 505 (126167 palabras) Publicado: 21 de octubre de 2010
MEMORIAL DEL CONVENTO JOSÉ SARAMAGO

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INTRODUCCIÓN José Saramago (Azinhaga, 1922) es uno de los novelistas portugueses más conocidos y apreciados en el mundo entero. En España, a partir de la primera publicación de El año de la muerte de Ricardo Reís, en 1985, su trabajo literario merece la mejor acogida de los lectores y de la crítica. Gran parte de su obra estátraducida al español y al catalán. Además del presente volumen, segundo de la Biblioteca José Saramago, que se inició con El año de la muerte de Ricardo Reis, otros títulos importantes son Manual de pintura y caligrafía, Casi un objeto, Alzado del suelo, La balsa de piedra, Historia del cerco de Lisboa, El evangelio según Jesucristo, Ensayo sobre la ceguera y Todos los nombres. Alfaguara ha publicadotambién el libro de viajes Viaje a Portugal y el diario Cuadernos de Lanzarote. Desde 1993, José Saramago vive en Lanzarote, España.

Érase una vez un rey que hizo la promesa de construir un convento en Mafra. Érase una vez la gente que construyó ese convento. Érase una vez un soldado manco y una mujer que tenía poderes. Érase una vez la historia de un amor sin palabras de amor. Érase una vez uncura que quería volar y murió loco. Érase una vez un músico. Érase una vez una passarola. Érase una vez. «Son muchos los ecos que esta novela fascinante deja en la memoria, pero, sobre todo, el de su historia de amor resuena sobre el resto de la acción como una flauta en medio de una gran orquesta» The New York Times Book Review. Para a forca hia um homen: e outro que o encontrou lhe dice: Que heisto senhor fulano, assim vay v. m.? E o enforcado respondeo: Yo no voy, estes me lleban. P. MANUEL VELHO Je sais que je tombe dans l’inexplicable, quand j’affirme que la realité— cette notion si flottante—, ta connaissance la plus exacte possible des êtres est notre point de contac, et notre voie d’accès aux choses qui dèpassent la realité. MARGUERITE YOURCENAR

Don Juan, quinto de estenombre en el orden real, irá esta noche al dormitorio de su mujer, Doña María Ana Josefa, llegada hace más de dos años desde Austria para dar infantes a la corona portuguesa y que aún hoy no ha quedado preñada. Ya se murmura en la corte, dentro y fuera de palacio, que es probable que la reina sea machorra, insinuación muy resguardada de orejas y bocas delatoras y que sólo entre íntimos se confía. Ni sepiensa que la culpa sea del rey, primero porque la esterilidad no es mal de hombres, de mujeres sí, por eso son repudiadas tantas veces, y segundo, y prueba material por si preciso fuere, que abundan en el reino los bastardos de real simiente y siguen aumentando. Además, quien se extenúa implorando al cielo un hijo no es el rey, sino la reina, y también por dos razones. La primera es que un rey,y aún más si lo es de Portugal, no pide lo que sólo en su poder está dar, la segunda razón porque siendo la mujer, naturalmente, vaso de recibir, ha de ser naturalmente suplicante, tanto en novenas organizadas como en oraciones ocasionales. Pero ni la pertinacia del rey, que, salvo dificultad canónica o impedimento fisiológico, dos veces por

semana cumple vigorosamente su débito real yconyugal, ni la paciencia y humildad de la reina, que, oraciones aparte, se sacrifica a una inmovilidad total después de que su esposo se retira de ella y de la cama, para que no se perturben en su acomodo generativo los líquidos comunes, escasos los suyos por falta de estímulo y de tiempo, y cristianísima retención moral, pródigos los del soberano, como se espera de un hombre que aún no ha cumplidoveintidós años, ni esto ni aquello hincharon hasta hoy el vientre de Doña María Ana. Pero Dios es grande. Casi tan grande como Dios es la basílica de San Pedro de Roma que el rey está levantando. Es una construcción sin fosos ni fundamentos, asentada en el tablón de una mesa que no precisaría ser tan sólida para la carga que soporta, miniatura de basílica dispersa en pedazos por encajar según el...
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