Memorias de un hombre solo

Capítulo II
La canchita
Luego de hacer la tediosa tarea, que en aquellos tiempos llamábamos “los deberes”, salíamos a nuestro patio común, el barrio, para vivir lo que más nos gustaba, jugar ala pelota en la canchita.
El incipiente caserío de nuestro entorno, dejaba “baches” de terrenos baldíos, a uno de ellos los transformamos en la “canchita” que para nosotros era como un estadio deprimera.
Nos sentíamos, en esos potreros, otrora campos de la llanura bonaerense, un Sanfilipo, un Roma, un Rattín, o algún otro de los grandes cracks de la época.
Por su puesto, antes de cadapicado la “pisábamos” y luego comenzaba la elección de los jugadores para cada bando.
Esta metodología de elección era sumamente arbitraria, el asunto consistía en que los mejores se elegían primeroy los “troncos” quedábamos en último término, con excepción del “dueño de la pelota”, que ejercía su derechos de jugar, más allá de sus condiciones deportivas.
Como yo era uno de los más chicos,debía ir al arco, cosa que no me gustaba mucho. Pero si en alguna ocasión jugaba al medio, no me pasaban nunca la pelota. De tal modo que tuve que convertirme en un “ful back” derecho, bastante“faulero”, para lograr así demostrar mi fuerza ante los mayores.
Mis arremetidas a los delanteros, originaban reacciones que se expresaban en insultos y muchas veces en grescas colectivas de ambos equipos.Pero bueno, yo hacia lo que podía, sino era imposible tocar una pelota.
La canchita era escenario en otros juegos.
Cuando nos cansábamos de patear la pelota, aparecían en el cielo lomense losbarriletes. ¡Qué trabajo nos daba armar el barrilete! A mí me gustaba mitad estrella y mitad bomba y con los colores de Boca.
La confección del barrilete era todo un arte. Íbamos cerca del arroyo delRey y Garibaldi a buscar las cañas. Elegidas estas, las afinábamos con un cuchillo y de una caña sacábamos, ocho varas que nos servían de estructura para armar el barrilete. Luego venía el fino...