Mensaje navideño desde este punto neurálgico de la condición. desde este espacio salado en el que habito. en este instante vertical en el que la futilidad del gesto de escribir hace que reconsidere la conveniencia del
Desde este punto neurálgico de la condición. Desde este espacio salado en el que habíto. En este instante vertical en el que la futilidad del gesto de escribir hace quereconsidere la conveniencia del intento boqueando entre pulsátiles quebrantos, se obra al fin la aciaga escena: “un boquear apenas que no alcanza a ser grito”. Y escribo, sí. Aunque nada me queda por decir: “Nopodría testar nada. Ninguna certeza tengo que transmitir. A nadie. (…) nada, en rigor, debe nunca ser dicho”. No. Nada. Nada más allá del sugestivo hechizo de la sutíl inmediatez surgida de la másdesnuda necesidad. Nunca nada que alimente el atroz apetito que conforma la esperanza, que categorice el simulacro. Espejismos. Sólo espejismos, -ensueños, alucinaciones, quimeras- en el anodino erialque antaño fue desierto. A unos pasos de distancia, entre los oasis, un cartel: PROPIEDAD PRIVADA. Un poco más lejos, tras una inverosímil puerta, otro aviso: NO HAY ENTRADAS. Nunca más atender lainfame tentación que avive el fuego de una nueva perspectiva en esta babélica aldea, “inflamada de palabras”. No. Como miopes olisqueando cuasi ciegos, sedientos, mudos, desnudos, amnésicos, arañarnuestro sustento, a ras de suelo, como cerdos a la procura de algún trufado hallazgo. Nutridos únicamente por el fárrago que yace bajo la calcinada arena, donde agoniza el hombre y su febril monserga.Soñando hijos en ese futuro perfecto donde todo, por fin, podría haber sido. Cuan inútil deviene la sustancia destilada en los fieros arrebatos enarbolando sentidos, delirando cosmodiceas. Sería inútil,nadie vendrá a mirar. No. No habrá testigos, ni testaferros. Tal vez, con suerte, un resurgido demiurgo que vivifique níveas eternidades entre fantásticas y delirantes epifanías para hacer más gallardoel trance. Ciclópea tarea asumir verdad tan gratuita: toda la ficción que me conforma a modo de bosquejos en la arena que la mar primordial desdibujará y borrará para siempre. No. No habrá huella...
Regístrate para leer el documento completo.