Mensaje a la conciencia
Tardaron trece años en tomar la fotografía, que nunca más habría de repetirse. Era, si se quiere, una fotografía sencilla, de 24 centímetros por 30, y en blanco ynegro, pero era quizá la obra más importante de la época.
Se trataba de una fotografía de cinco de los planetas vecinos a nuestro globo, junto con la Tierra misma: Venus, Tierra, Júpiter, Saturno, Uranoy Neptuno. La tomó la nave espacial Voyager 1 el día 13 de febrero de 1990. En la foto se ven, sobre un fondo totalmente negro, seis puntitos brillantes. Respecto a la foto, el doctor Edward Stone,uno de los científicos dirigentes del proyecto, dijo: «Esta foto muestra lo insignificantes que somos.»
En cierto sentido el doctor Stone tiene razón. El planeta Tierra no es más que un microscópicogránulo de materia en el inmenso espacio, y la humanidad que vive sobre ella, comparada con el enorme tamaño del universo, es también insignificante. Pero visto desde otra perspectiva, el planetaTierra y la humanidad que la habita no son insignificantes.
En primer lugar, son estos mismos hombres que Stone llama insignificantes los que han desarrollado la ciencia que les permite, desde el espacio,tomar fotografías de la Tierra y de sus planetas vecinos.
En segundo lugar, ¿cómo se le puede llamar insignificante a un ser que puede pensar, razonar, coordinar, y con su inteligencia desarrollarconceptos, proyectar planes, escribir obras literarias, y dar a luz, incluso, ideas abstractas?
En tercer lugar, este hombre, a quien el doctor Stone llama insignificante, es capaz de concebir aluniverso como algo armónico, ordenado, lógico y absolutamente obediente a leyes científicas perfectas.
En cuarto lugar, el hombre es capaz de tener grandes sentimientos. No es cosa pequeña poder sentiremoción: tener gozo, experimentar paz, saber amar. Quizás el único punto en este infinito universo donde haya amor, aparte del amor de Dios, sea la Tierra. La capacidad de amar levanta al hombre por...
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