mentira
Ahora, como está el mal y el bien, el Diablo y Dios, comunistas y el resto del mundo, también está la mentira y la verdad. Por supuesto que debe existir el negativo, la contraparte, elyin y el yan. La mentira se alimenta de la verdad y viceversa. No podemos pretender que la mentira no exista, es parte del sistema, y punto. Entonces aquello de la mentira “blanca”, ¿es bueno? Sí… y no.Imagina el escenario: un arbolito verde y gigante lleno de luces y de cuanto coroto se puede conseguir en el Tijerazo —cadena de tiendas por departamentos en Venezuela, que vende productos buenos abuenos precios y la gente le da vergüenza que la vean allí— y con una carta dirigida al mundialmente famoso Santa Claus —la versión pasada de kilos y pedófilo del Niño Jesús— donde están todas lasesperanzas materialistas de un niño que sabe que su comportamiento durante todo el año no va a influir en los regalos que va a recibir porque Santa Claus no ha estado en su casa para saber cómo se porta,pero, ya todos sabemos la verdad —espero. ¿Vale la pena que las ilusiones de la niñez sean destruidas por la verdad? ¿Vale la pena que una relación perfecta se acabe por una “cana al aire”? ¿El finjustifica los medios? Son preguntas para un largo y bizantino debate.
En una conversación de diez minutos, se dicen, aproximadamente, tres mentiras, incluyendo omisiones —las omisiones son saltarsehechos o datos que son verdad, ergo, en ausencia de la verdad, lo que queda es la mentira. Si tomamos el dato anterior como cierto —todos sabemos que decimos más mentiras— hagamos un pequeño cálculo:...
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