Menu En El Bulli
Llega luego una fresa mimética de campari, suave y refrescante, unos camarones sobre un lecho de algas y la primera gran sorpresa de la noche, la bola de gorgonzola. Habíamos visto a AlbertAdriá explicando el proceso, pero cuando llega a la mesa, te sorprende el tamaño y la ceremonia. Se rompe la superficie y allí se ralla nuez moscada. Comienzas a comer con los dedos y cada trozo es gorgonzola helado, delicioso, aunque llega un momento que la cantidad y el sabor tan contundente te supera. Pero es de lo mejor del menú.
Otra vez vuelven los juegos, y llegan los cacahuetesmiméticos que hay que coger muy suavemente porque se rompen al meter en la boca, una andanada de sabor te baña , una galleta de sésamo de un sabor tal vez demasiado fuerte (y eso que amo el sésamo) y un cristal de parmiggiano alucinante.
En un plato precioso llega la flor en néctar, debes sorber el néctar de las flores, uno incluso agradecería alguna mas, para apagar el sabor tan potente del cacahuetey el sésamo que aún permanecen.
La esponja de coco es como una nube. El sabor es tenue, se evapora mientras comes.No es dulce.
Tanta delicadeza no te prepara para lo que viene. La galleta de té verde. A la vista perfecta, preciosa, hay que comerla en dos bocados y tal vez deberían pedir que fuera en uno, porque la boca se inunda de repente del sabor más amargo que hayas probado jamás, lagalleta es astrigente, se queda en tu boca y se niega a marchar. Te sientes confusa, no entiendes por qué estas comiendo algo francamente feo. Para ser sincera te sientes tentada de escupir, pero claro estas en El Bulli y no quieres parecer paleta. Para mis adentros pensaba que seguramente éste sabor tan amargo era una puerta a un plato muy dulce o especiado.
Sin embargo luego llegó el bocadillode manzanas, panecillos que semejan estar hechos de clara de huevo, ligeros, que limpian, la manzana verde sabe a gloria y sin embargo de repente surge el cacahuete, borrando de un plumazo toda la caricia que le habías dado al paladar.
Llegan después tres platos estupendos
El canapé de jamón y jengibre. Crocante y caramelizado el jengibre, una suerte de gelatina concentrada de jamón leacompaña.
La Cala Montjoi y sus lentejas vienen presentadas en un cuenco precioso. Deliciosas las falsas lentejas, una suerte de mantequilla que se potencian con el sésamo.
Y el tartar de túetano y ostras. Venía el tartar en la concha del molusco pero tenías que comerlo en una hoja de ostra. Excelente.
Los siguientes 10 platos son un tobogán de feria, de esos largos con altas cumbres y largaspendientes. Unas gambas dos cocciones, bien , un estudio brillante y original de pistachos tiernos con una crema de trufa, un exprimir el producto, aquí y con la soja (leche de soja con soja) dos platos donde se investiga hasta la máxima posibilidad de un producto. Desde el momento de nacer, germinar, madurar y morir. Pistachos secos, tostados, crudos, cremas, gelatinas, espumas e igual con la soja,germen, brotes, semillas, cuajada de la leche de soja, queso. Cualquiera de los dos una maravilla. Sin embargo entre medio hubo un bajón, berberechos con yuzu. Supongo que me he galleguizado demasiado, ciertas intervenciones de sabor en el producto, me matan.
La ortiguilla al té, era por si solo un plato de vértigo, empezabas con deleite y terminabas asombrado del regusto amargo del té verdeal final.
Las huevas muy bien, en un precioso plato. Y otro susto. La rosa alcachofa. Perfectamente dispuesta en el plato llega una rosa de Ecuador que una vez terminado te enseñan. Como perfume, excelente, perfecto, para lucir en una gala, como comida (y que conste que tengo comidas muchas flores) era extrañísimo. Como beber el frasco de perfume de tu madre (lo hice de pequeña) Una...
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