Mercado Matrimonial
Datos y notas para comprender (algo) de la problemática de los solos y solas en la
Ciudad de Buenos Aires
El 27 de octubre se realizó el Censo Nacional de Población y Vivienda. Este hecho, que
ocurre sólo una vez cada diez años, quedó invisibilizado por la inesperada muerte del ex
presidente Kirchner y las manifestaciones de dolor que se produjeron ese día y lossubsiguientes.
Cada vez que se realiza un nuevo censo, los datos del anterior envejecen de la misma
manera que lo hace el periódico de ayer. El Censo del año 2001 es ahora una foto
desactualizada, en la que aun se pueden reconocer los rasgos más permanentes de nuestra
estructura sociodemográfica, pero que también esconde las transformaciones que se
produjeron en la última década.Recientemente se conocieron datos muy generales del
censo, que sólo nos permiten saber cuántos varones y mujeres viven en cada provincia y en
las distintas localidades del país. Pero sólo eso. Habrá que esperar al menos hasta mediados
del año que viene para disponer de la paleta completa de datos necesaria para pintar la
nueva realidad.
Uno de los interrogantes a los que deberá responder el nuevo censo,es qué ocurrió con el
mercado matrimonial en la Ciudad de Buenos Aires. Pero, ¿de qué estamos hablando?
Seguramente a la mayoría de los lectores esta terminología les sonará extraña, ajena y hasta
incluso de mal gusto. ¿Es que acaso se puede hablar de oferta y demanda de personas en
búsqueda de una relación? Más aún, ¿es posible hablar de desequilibrios de mercado
cuando existen notoriasdiferencias entre los varones y mujeres que están potencialmente
disponibles para comenzar una relación? Es oportuno aclarar, entonces, que no es una
terminología que estoy inventando con el fin de llamar la atención: el mercado
matrimonial ha sido abordado en las últimas décadas desde la economía, la sociología
y la demografía por numerosos y prestigiosos autores, aunque en el caso argentinohasta
ahora los estudios no han sido demasiado numerosos.
Yo vengo interesándome en el mercado matrimonial de la Ciudad de Buenos Aires desde
hace unos 15 años, cuando advertí, en base a los datos del Censo de 1991, el importante
desequilibrio que existía entre la cantidad de varones y mujeres, en perjuicio de estas
últimas. La escasez de varones o la sobreabundancia de mujeres no era unapercepción
equivocada o una conclusión ligera carente de sustento, como yo mismo había pensado
hasta que me topé con los números, sino una realidad perfectamente mensurable a través de
la información censal. Tampoco era un fenómeno que exclusivamente afectaba a la mujeres
mayores, como generalmente se asume, no obstante es cierto que es en las franjas de mayor
edad donde los desequilibrios son másnotorios.
No era casual, por lo tanto, ver cómo las mujeres cada vez más atiborraban bares y
restaurantes- lo cual fue percibido por los empresarios del sector que ofrecen atractivas
promociones a las mesas integradas exclusivamente por mujeres—, observar cómo se
constituían en mayoría en los cines, teatros y espectáculos musicales, que en la ciudad uno
de sus shopping centers más importantesse autopromocione como Pasión de mujeres, o
que tantas veces las féminas tengan que hacer cola para satisfacer un derecho tan
elemental como ir al baño, mientras nosotros casi siempre entramos a ese sagrado recinto
como “Pancho por su casa”.
Dicha situación no arrojó demasiados cambios cuando salió a la palestra la información del
Censo de 2001, y los primeros datos de este año ratificanque la falta de varones continuará
apesadumbrando los corazones de las porteñas. En efecto, tal como intentaré demostrar
utilizando datos de la Encuesta Anual de Hogares de la Ciudad de Buenos Aires de los años
2008 y 2009, las mujeres continuarán teniendo mayores dificultades para conformar
una pareja, lisa y llanamente porque son más.
Empecemos por mirar algunos números. Lo poco que...
Regístrate para leer el documento completo.