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ÍNDICE DE CONTENIDOS

Introducción 2
Capítulo 1 : Mercado Internacional del Maíz 5
Capítulo 2 : Mercado Nacional del Maíz 15
Capítulo 3 : Aspectos Económicos Generales 23
Capítulo 4 : Sustentabilidad y Responsabilidad Social 34
Capítulo 5 : El Engorde a Corral: Una Alternativa Productiva. 40
Capítulo 6 : Resultados Económicos de una Gestión Sustentable 53
Capítulo 7 :Engorde a Corral: Condiciones Económicas Necesarias 63
Capítulo 8 : Conclusiones 70
Anexos 75
Fuentes Consultadas 79


Introducción
La consolidación del cultivo de soja como actividad económica de alta rentabilidad, ha producido una profunda transformación en el campo argentino. El desplazamiento de otras producciones que compiten con este cultivo por el uso del recurso estratégico delsector, el suelo, es la consecuencia de decisiones que, disparadas con lógica empresaria, orientan los recursos disponibles hacia aquella actividad que permite realizar las máximas ganancias.
Esta conducta en la gestión rural, es de tal magnitud, que en vastas zonas agrícolas del país impera, ya, un sistema de monocultivo, lo que obliga a enfocar la mirada sobre los efectos que esta tendencia, decontinuar en los actuales términos, tendrá sobre el agro-sistema.
La tendencia existente hacia este modelo de gestión agrícola quedan resaltada en los siguientes datos estadísticos: la superficie cultivable en nuestro país, se estima en 26 millones de hectáreas, de las cuales, y considerando los principales cultivos de verano, se destinan 16 millones a soja, 3,4 millones a maíz, 2,5 millones agirasol y 0,6 a sorgo. Siendo la secuencia rotacional mas utilizada trigo/soja de 2º - maíz - soja y conociendo que el área triguera es de 5 millones de hectáreas, una rápida operación matemática impregnada de criterio conservador, permite concluir que la diferencia entre las 11 millones de hectáreas restantes de soja y las 3,4 millones de hectáreas correspondiente a maíz, representan mínimamente7,6 millones de hectáreas en monocultivo, esto es el 30 por ciento del área cultivable argentina.
La economía del sector agrario encuentra su razón de ser en la capacidad de los suelos para generar producciones económicamente viables, lo que resulta de la calidad y volumen de lo producido. Esta capacidad de la tierra está en función de características físicas, biológicas y químicas, las que seven disminuidas a medida que operan sobre ellas las actividades intensivas practicadas por el hombre. Esto crea la necesidad de instrumentar prácticas de conservación, cuando no de mejoramiento, para mantener en el suelo las condiciones requeridas para la generación de riquezas. Una actitud conservacionista reconoce, indisolublemente, la conjunción de laboreo / rotación de cultivos / fertilización,como herramientas de cuidado y protección, elementos que, por definición, no contempla en su totalidad una gestión basada en el monocultivo. No es necesario abundar en detalles técnicos para tomar en conocimiento que la degradación de los suelos se intensificará en un futuro más temprano que tardío.
Con este escenario en el horizonte, surgen, naturalmente, algunos interrogantes: es posibleencontrar una solución a esta tendencia instalada en el agro-sistema?
Se puede desde el campo de la Administración demostrar las ventajas sólidas de un sistema de producción agrícola planificado con criterios de sustentabilidad?
Existen alternativas económicas que, con beneficios de corto plazo, permitan al productor superar la tentación de la inmediatez con una visión estratégica de su gestión?
Másallá del derecho de propiedad, en cuanto a tenencia y usufructo, los recursos naturales, y el suelo lo es, deben considerarse como verdaderos bienes sociales que hacen al bienestar general, presente y futuro, de una comunidad. Este concepto hace inadmisible la aceptación pasiva de aquellos emprendimientos que, motivados por el excluyente objetivo de tomar ganancias máximas, se montan en un...