Mercosur

El anuncio apresurado del ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur, en medio del proceso de suspensión temporal de Paraguay, ensombrece el sentido y propósito de la posición de eseacuerdo de integración ante el caso paraguayo, a la vez que confirma que las elaboraciones y reelaboraciones regionales de cláusulas democráticas son hechas a la medida de los caprichos de los presidentes yno para salvaguardar el Estado de Derecho y los derechos de los ciudadanos.

Ya el presidente de Uruguay había propuesto en diciembre el ingreso expedito de Venezuela, ignorando las objeciones delSenado paraguayo. Es decir, se trataba de que el Mercosur modificara sus estatutos para poder dejar de lado los escollos constitucionales de uno de sus países miembros. Pudiera también decirse, enexpresión que en estos días se nos ha hecho familiar, que lo planteado hace ya tiempo por el Gobierno venezolano y propuesto al Mercosur por Mujica era ignorar el procedimiento debido. Es oportunorecordar que eso se planteó en la misma reunión presidencial de Montevideo en la que se convino hace seis meses mejorar el protocolo democrático del Mercosur en términos que acogieran el sistema desanciones que en noviembre había incorporado la Unión Suramericana de Naciones en su compromiso democrático.

Sea o no que la decisión de sumar a Venezuela a todo trance estuviera prevista antes de lacrisis paraguaya el "golpe suave", como la calificó una inusualmente comedida Cristina Kirchner  el Mercosur envía a la región una señal muy confusa, por no decir oscura, de desconocimiento del Congreso yla Constitución de Paraguay.

Fue precisamente por la aplicación de las más extremas sanciones a Paraguay por lo que desde Venezuela se estuvo presionando, como si al no estar Fernando Lugo en elpoder el resto del Gobierno y el país no merecieran consideración alguna.

Pero poco ha importado a los tres miembros plenos del Mercosur que el Gobierno de Venezuela haya impulsado en solitario...