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Antología: Propósitos y propósitos de la educación básica 1
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Publicado porlramirez_157119
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“Los
contenidos de la enseñanza”
• Fernando Savater • El valor de educar•
Como hemos visto, el aprendizajea través de la comunicación con los semejantes yde la transmisión deliberada de pautas, técnicas, valores y recuerdos es procesonecesario para llegar a adquirir la plena estatura humana. Para ser hombre no basta connacer, sino que hay también que aprender. La genética nos predispone a llegar a ser humanos pero sólo por medio de la educación y la convivencia social conseguimosefectivamenteserlo. Ni siquiera en todos los animales basta con la mera herenciabiológica para conseguir un ejemplar cuajado de la especie (algunos mamíferos superioresy ciertos insectos sociales se transmiten unos a otros conocimientos por la vía de laimitación, cuyas diferencias con la enseñanza propiamente dicha hemos señalado en elcapítulo anterior), pero en el caso del género humano ese proceso formativonohereditario es totalmente necesario. Quizá no resulte inevitable contraponer abruptamente el programa genético al aprendizaje social, lo que heredamos por labiología y lo que nos transmiten nuestros semejantes: algunos etólogos como Eibl-Eibesfeldt aseguran que estamos genéticamente programados para adquirir destrezasque sólo pue
den enseñarnos los demás, lo que establecería unacomplementariedadintrínseca entre herencia biológica y herencia cultural.Lo primero que la educación transmite a cada uno de los seres pensanteses que no somos
únicos,
que nuestra condición implica el intercambio significativocon otros' parientes simbólicos que confirman y posibilitan nuestra condición. Losegundo ciertamente no menos relevante, es que no somos los
iniciadores
denuestro linaje, queaparecemos en un mundo donde ya está vigente la huellahumana de mil modos y existe una tradición de técnicas, mitos y ritos de la quevamos a formar parte y en la que vamos también a formarnos. Para el ser huma-no, éstos son los dos descubrimientos originarios que le abren a su vida propia: lasociedad y el tiempo. En el medio social sus capacidades y aptitudes biológicascuajarán en humanidadefectiva, que sólo puede venirnos de los semejantes;pero también aprenderá que esos semejantes no están todos de hecho presentes,que muchos ya murieron y que sin embargo sus descubrimientos o sus luchas si-guen contando para él como lecciones vitales, lo mismo que otros aún no hannacido aunque ya le corresponde a él tenerlos en cuenta para mantener orenovar el orden de las cosas.El
tiempo
esnuestro invento más característico, más determinante y tambiénmás intimidatorio: que todos los modelos simbólicos según los cuales organizan suvida los hombres en cualquier cultura sean indefectiblemente temporales, que ríohaya comunidad que no sepa del pasado y que no se proyecte hacia el futuro esquizá el rasgo menos animalesco que hay en nosotros. Un filósofo español exiliadoen México, JoséGaos, escribió un libro
titulado
Dos exclusivas del hombre: la mano y el
tiempo.
La función de la mano, pese a toda su capacidad técnica liberada por elabandono de la marcha cuadrúpeda, me parece menos relevante que la deltiempo. La panorámica temporal es el contrapeso de nuestra conciencia de lamuerte inexorable, que nos aísla aterradoramente entre todos los seres vivos. Los...
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