metamorfosis

LA METAMORFOSIS
(Franz Kafka)






Biografía del autor.














Contexto de la obra














La Metamorfosis (Franz Kafka)

Cuando Gregorio Samsa se despertó aquella mañana, luego de un sueño poco tranquilo, se encontró en su cama, convertido en un monstruoso insecto. Estaba echado sobre el duro caparazón de su espalda, y al levantar un pocola cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro, surcado por curvadas callosidades, cuya prominencia apenas si podía aguantar la colcha, que estaba visiblemente a punto de escurrirse hasta el suelo. Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparación con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecían a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia.
Gregorio sepreguntaba muy continuamente ¿Qué me sucedió? Y no, no era un sueño, Samsa era un viajante de comercio, durante su estadía en la cama se la pasó pensando en: ¿Que le había pasado en realidad?, se tomo tiempo para pensar en varias cosas sobre su vida cotidiana como por ejemplo, la cansadora profesión que había elegido, Siempre de viaje decía. Bueno –pensó-; ¿Qué pasaría si yo siguiese durmiendo otro rato yme olvidase de todas las fantasías?, pero era esto algo de todo punto irrealizable, porque él tenía la costumbre de dormir sobre el lado derecho y su actual estado no le permitía adoptar esta postura.
Gregorio poco a poco se dio cuenta de cambios radicales que ocurrían en su cuerpo y no se explicaba aún el porqué de las cosas, sabía que ser viajante era muy agotador y que si no fuera por suspadres el abría renunciado ya antes y lo haría en cuanto tuviera reunido el dinero necesario para pagarle al jefe la deuda de sus padres –unos cinco o seis años todavía-, pero tenía que dejarse de tonterías, tenía que tomar el tren que partía a las cinco, cuando salió de ese tan profundo sueño ¡Santo Dios! –exclamó para sus adentros. Eran las seis y media ¿Es que no había sonado el despertador?,seguro que había sonado y es que su sueño no había sido tranquilo tal vez por eso, había sido más profundo. El siguiente tren salía a las siete pero Gregorio no estaba dispuesto a salir en esas condiciones, y aunque se apurase demasiado el mozo del almacén, que habría bajado al tren de las cinco, debía de haber anunciado ya su falta. El mozo era igual que el tal amo, sin dignidad ni consideración,pensó en decir que había enfermado pero sabía que vendría el principal a verlo junto con el médico de Montepío.
Mientras meditaba atropelladamente, sin poder decidirse a abandonar la cama, alguien llamo suavemente a la puerta -Gregorio –dijo la voz de su madre-, son las siete menos cuarto. ¿No ibas a salir de viaje?¡Qué voz más dulce! Gregorio se horrorizo al oír en cambio la suya, que era la de siempre pero ahora mezclada con un doloroso e irreprimible silbido, en el cual las palabras al principio claras, luego se trababan, resonando de modo que no estaba uno seguro de haberlas oído. Gregorio quería explicar tododetalladamente, pero en vista de ello, solo se limito a decir: -Sí, sí. Gracias, madre. Ya me levanto. Su padre y su hermana tiempo después llamaron a la puerta sabiendo que algo andaba mal pero Gregorio les respondió con un: ¡Ya estoy listo!, que tranquilizo un poco a la familia, solo bastaba arreglarse sin ser molestado, y sobre todo desayunar, pero sabía que no iban a tomar nada bien su cambio de apariencia.Recordaba haber sentido ya con frecuencia en la cama cierto dolor, producido, sin duda por alguna mala posición.
Trato de salir de la cama, pero le era imposible controlar sus innumerables patitas que ahora tenía, comenzó la operación despacio. Pero sin querer se dio un golpe fortísimo en una de sus patas, y el dolor que esto le causo le demostró que la parte inferior de su cuerpo, era sin...