Metas

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Sollozos de espada, grito de las entrañas, eco de huesos rompiéndose contra el duro acero, afilado y violento. Corte exacto, preciso, súbito,directo al corazón. Caudal de sangre recorriendo los riscos de mi cuerpo tendido; en ese lugar, errabundo, sucio y soló. La vida se escapa entre los dedos, como agua entre las rocas, como una cascadasdensas de sangre oxidad y espesa; una fuga in curable con olor a muerte.
Esa sed que no era saciable por ningún liquido; ni por dulce, ni por agrio; la zaceaste con mi cuerpo. Y esos ojos, abiertos másallá de su órbita, palpitantes, reflejando incredulidad y pecado; una lagrima, una gota de tu alma liquida que bebía de tu boca cunado besabas. Tus brazos débiles y lánguidos, que antes firmesapuñalaron el pecho; lugar que fue el más cómodo que pudo encontrar tu cabeza para regocijar tu anhelado descanso diario. Ahora me abrazan y estrujan por última vez, antes tomen tu lugar la tierra y Dios, delque dudo de su existencia en estos momento, pero que nunca tuve más fe de verlo y saber de él.
Me tomaste por sorpresa, entre las sabanas abandone mis sueños y olvide mi cuerpo; como lo hiciste, conqué valor y odio flagelaste, hasta ver que mi alma se esfuma de mi cuerpo y se hace libre. Pusilánime, calamidad; pero aun te amo, perpetuo como las imágenes que recogí hasta la muerte y que no van acambiar. Como no cambiar el momento, que recordaras día a día, el hedor a sangre y la culpabilidad sobre tus hombros. Acecinaste todo aquello con vida propia que juntos criamos, como si no valierannada, lo lanzaste por un torbellino de suciedad, desechos y sobras que se comerán las ratas, los gusanos.
Pero, tengo una sobria esperanza de que esto no sea más que un poco de abono, para esosbotones que florecen, regados con sangre y que cosecharas con tu vida. Y que estúpidamente nos ofrecerán en nuestro mausoleo, nuestro anfiteatro. Donde el epitafio, titula esta obra maestra que se...