Metinides
Eran los a;os 60 y un parbulo hijo de un vendedor de camaras fotograficas tomo el artefacto cojio el lente lo hizo suyo y majestuosamente comenzo una carrera que habria de terminar en matrimonio entre la muerte constante y el seductor de la imagen dramatica.
Su nombre< Enrique Metinides. El sello de este fotoperiodista es la sangre. Desde los 11 a;os deedad, aun siendo un ni;o Metinides entendio el valor supremo de atrapar el tiempo del dolor el desgarramiento fisico y emocional de los personajes principales de la vida que han de enfrentarse en algun momento a algun terrible accidente. No sabemos si fue solo por una circunstancia atribuida a los menesteres comerciales de su padre o si cierto placer innato lo ha orillado durante cinco decadasconsecutivas a retratar momentos norvidos, pero lo cierto es que metinides es el vivo reflejo del fotoreportero apacionado dispuesto a dejar su propio pellejo en una de esas coberturas periodisticas que para cualquier ciudadano seria un momento catartico e infernal.
Obsecionado como casi todos los de su estirpe reporteril, este mexicano condenado por una cuestion de salud al no salir mas alla delas posibilidades que le de un automovil para transportarse, Metinides sabe y se sabe un pilar fundamental en la captación de momentos, de instantes, de situaciones lugubres que alguien tiene que documentar para el conociemiento de los amantes del morbo.
Nunca se ha dedicado a otra cosa, no sabe otra cosa. Sus platicas, sus comentarios, sus momentos de reunion social y esparcimiento, sus hobbiestambien tienen algo que ver con el dolor humano. Lo mismo le da fotografiar cadáveres amputados, viceras expuestas, traumatismos craneocefalicos con exposición de masa cerebral, incendios y edificios derruidos tras un temblor, que pleitos callejeros que abundan en la cotinaideidad de una metropoli como el distrito federal. Tambien adora ver peliculas de accion donde los muertos o las balaceras sonel denominador comun. La trajedia convive con metinides dia y noche y el mismo ha sido juez y parte en su vida circular en que la trajedia es su vinculo diario. 17 fracturas, esguinces al pormayor, caidas en moto, volcaduras de ambulancia, 2 infartos /eso le ha pasado a metinides en carne propia durante 50 a;os de cobertura periodistica de la fotonota roja/
Verlo platicar de su trabajo provocaasombro, una especie de asoro colectivo que genera a sus interlocutores cuando estos descubren lo que quiza metinides ya no aprecia por tenerlo todos los dias en sus entra;as> pareciera que este hombre goza, disfruta, ancia retratar el dolor humano. Es quiza una especia de mezquindad humana que se ha convertido en una enfermedad, en un vicio o una adiccion para metinides, en un deseo demente decapturar y luego difundir la convivencia entre el hombre, el dolor, la trajedia y al final la muerte.
Metinides no miente. Es un hombre certero al momento de tirar la placa, el obturador para capturar la imagen. Con los a;os a desarrollado un sexto sentido periodistico que solo los grandes fotografos logran y eso le ha funcionado de maravilla en su trabjo. Son celebres ya las fotografias, porquehan dado vuelta al mundo, en donde mujeres, hombres, ni;os, ancianos, rescatistas se ven envueltos en escenas de terror. Como soslayar esa imagen que tan solo mirarla provoca que la piel se enchine en donde una mujer rubia, altiva, elegante yace abrazada a un poste poco después de haber sido arrollada por un datsun blanco. Metinides estuvo ahí llego al momento exacto para capturar esta imagen y quea;os después le dio la vuelta al mundo y con todo el color de la imagen denota la crudeza de ese accidente en que la muerte volvio a demostrar su poderio.
Como olvidar tambien la desgarradora fotografia que retrata el dolor por el que una mujer que convivia con su novio y futuro esposo en el bosque de Chapultepec hasta que unos facinerosos y malnacidos hombres le arrebataron la vida a su novio...
Regístrate para leer el documento completo.