Mexicanos
Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, elmexicano se me
aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro, máscara la
sonrisa. Plantado en su arisca soledad, espinoso y cortés a untiempo, todo le sirve para
defenderse: el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación.
Tan celoso de su intimidad como dela ajena, ni siquiera se atreve a rozar con los ojos al
vecino: una mirada puede desencadenar la cólera de esas almas cargadas de
electricidad. Atraviesala vida como desollado; todo puede herirle, palabras y sospecha de
palabras. Su lenguaje está lleno de reticencias, de figuras y alusiones, de puntossuspensivos; en su silencio hay repliegues, matices, nubarrones, arco iris súbitos,
amenazas indescifrables. Aun en la disputa prefiere la expresión velada a lainjuria: “al
buen entendedor pocas palabras”. En suma, entre la realidad y su persona se establece
una muralla, no por invisible menos infranqueable, deimpasibilidad y lejanía. El mexicano
siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos, también, de sí mismo.
El lenguaje popular refleja hasta quépunto nos defendemos del exterior:
el ideal de la “hombría” consiste en no “rajarse” nunca. Los que se “abren” son cobardes.
Para nosotros,contrariamente a lo que ocurre con otros pueblos, abrirse es una debilidad
o una traición. El mexicano puede doblarse, humillarse, “agacharse”, pero no “rajarse”,
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