Mexico descarrilado
7º Semestre 1701
México Siglo XX I
La Sombra del Caudillo
por Martín Luis Guzmán
El llamado delito político, que tan benévolamente ha sido tratado por otras ciencias ajenas a la criminología es el asunto principal de esta obra así llamado la sombra delcaudillo, cuyo título quiere decir la estela que deja un asunto “inacabado” por así decirlo. Martín Luis Guzmán fue el escritor testigo que dio forma literaria a los hechos de la revolución mexicana. Guzmán aclara que todas las personas de este obra (menos Axkaná) son reales y las ha identificado por sus nombres y por sus cargos: son seres de carne y hueso, protagonistas de la historia.Excepción hecha de la criminología, que no se ha engañado respecto a la valoración de la conducta delictiva impulsada por la concupiscencia del poder, la teoría y la práctica de otras disciplinas han tendido a despenalizar los actos cometidos por el vencedor, que de un plumazo excluye la juridicidad de conductas violentas por cuyo medio logró o afianzó el gobierno. Al contrario, el vae victis se imponecon crueldad, castigando aquéllos delitos que en su tiempo el político justificó como necesarios para realizar un ideal.. La rebelión y sedición son típicos ejemplos de delitos en que lo que se castiga es el fracaso y se apremia su consumación; cuando triunfan sus autores pueden ser los “salvadores de la patria”, pero cuando fallan se les tilda de “traidores“, o “elementos levantiscos”, “ambiciosossin valores morales”. Al menos, estos adjetivos figuran en los boletines del caudillo y de su candidato presidencial. La sublevación a la que, el general Ignacio Aguirre (en la novela es candidato a los radicales –partido oposicionista-) se niega a participar es, un delito grave que conlleva violencia, física o moral, y que generalmente puede desencadenar sangrientas consecuencias para los sereshumanos, especialmente para la población civil. El problema que plantea Martín Luis en su novela es la falta de proporción en la que se sitúan las partes: la posición de fuerza y ventaja que la supuesta legitimidad le otorga a quien detenta el poder, capaz de acusar, de juzgar y ejecutar a sus enemigos por medio de un procedimiento sumarísimo, sin ninguna garantía de defensa, instruido por unaautoridad sumisa y obediente. Si bien los sedicentes golpes de estado, como parte de la patología política, deben ser reprimidos con energía, repugna que el proceso que debe ser instrumento de la verdad, atropelle los derechos humanos, como se presentan en la novela.
El pistolerismo constituye uno de los elementos más evidentes de la conducta paradelictual de los políticos, porque, cuando no es unadiscreta necesidad de la seguridad personal, significa un símbolo de prepotencia y de dominio. La pistola parece un subliminal símbolo fálico de decadencia o de insuficiencia, un arrogante modo de externar fuerza y potencia. Es extraño que Luis Guzmán le acredite a Axkaná el alarde de la “pistola que hacía bulto en la cadera, algo indiscutiblemente civil”, porque no se equipara este artificioarmado con el temperamento idealista de este personaje de ficción , “conciencia de la revolución”, intelectual, sereno y ecuánime. La depravación del sistema burocrático se manifiesta en todas sus formas, una de ellas, el chantaje sexual de uno de los jefes tiene su expresión en la vida de Adela:
”…aquélla muchacha, antes empleada en Hacienda….se le enredaron ahí el jefe de la Sección y el jefedel Departamento, luego el Oficial Mayor y el Subsecretario; luego el Secretario Particular y luego el Ministro; por último, si no me engaño, ahí hemos acabado por enredarnos todos los del gobierno… ”
Por otra parte, en la novela quedan descritos los detalles íntimos del delito de cohecho cometido por el ministro, al aceptar el soborno de una empresa trasnacional, para beneficiar los...
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