Mexico es una nacion puesta a prueba
El enorme impulso con que arrancó el Ejecutivo y que debía detonar este año, con la puesta en marcha de su ambicioso plan de reformas, quedó congelado después del verano. Tres golpes lo frenaron. El primero llegó con la muerte a sangre fría de 15 civiles en Tlatlaya amanos de militares. El ocultamiento de los asesinatos, quebrado gracias a una testigo, dejó en evidencia al Ejército. Luego vino la tragedia de Iguala. La matanza de los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, perpetrada por sicarios con apoyo de la policía municipal, expuso en toda su crudeza la connivencia entre el poder político y el crimen organizado. La indefensión de las víctimas,la enloquecida brutalidad de los asesinos, la complicidad de las autoridades locales desataron una gigantesca ola de rechazo. México, unido en el dolor, clamó contra la barbarie. Y fue justo entonces cuando saltó la última estocada: en una imparable tanda de revelaciones periodísticas, quedó al descubierto que tanto la esposa del presidente como el todopoderoso secretario de Hacienda habíancomprado sus casas de lujo a uno de los grandes contratistas de la Administración. Ella a plazos, y el secretario gracias a un crédito concedido por el propio empresario. Luego, también se descubrió que el presidente había incurrido en una práctica parecida en su etapa de gobernador.
El escándalo hundió la imagen del Gobierno y sacó de su madriguera al viejo demonio mexicano de la sospecha. El paísvolvió al pasado. Ya no estaba en tela de juicio únicamente el paradero de los 43 normalistas, sino los 23.000 desaparecidos desde el inicio de la guerra contra el narco. Tampoco se debatía ya un conflicto de interés por la compra de una casa sino la corrupción del sistema entero. La duda pasó a ocupar el carril central de la política.
“Estamos en los albores de una revolución social. Hay una granfrustración, una gran confusión y un gran desánimo. Y el centro de todo ello es la corrupción, el conflicto de interés. Esta vez, no se va a resolver con el olvido ni con el paso de tiempo. Como ocurrió en los años ochenta con el fraude electoral, hay un clamor para que se cambien las reglas del juego. Eso es innegociable”, afirma el escritor e intelectual Héctor Aguilar Camín.
Al descrédito y ladesconfianza se ha añadido un factor inesperado: la crisis del petróleo
El incendio ha sido advertido por los estrategas del Gobierno. En diciembre mismo el presidente trató de desactivar el descontento con una segunda agenda de reformas, destinada a reforzar la seguridad y combatir la impunidad. El paquete legislativo incluía la disolución paulatina de la policía municipal. Pasadas las navidades,ha vuelto a la carga. Consciente de que se enfrenta a una crisis de dimensiones históricas, el Ejecutivo ha abandonado el discurso triunfal de la etapa reformista, ha admitido errores y prometido más receptividad. Como cortafuegos ante los escándalos inmobiliarios, Peña Nieto ha designado un zar anticorrupción con la encomienda de investigar los casos en los que él mismo, su esposa y secretario...
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