Mexico
Es oficial: El país está enfermo. Parece ser que los eventos de la semana hacen pensar a más de uno que la historia se repetirá, y que tal y como el meteórico cayó entierras mexicanas para poner fin a la era de los dinosaurios, próximamente cuatro caballos llegarán anunciando el Apocalipsis. México está de luto y ya no sabe ni por qué.
La influenza se viveen varios niveles, por lo que tras el anuncio de la enfermedad ha habido diferentes respuestas que se han dando dentro de la población mexicana frente al virus que ha provocado la muerte deaproximadamente ciento cincuenta personas, según cifras oficiales. Las reacciones dejan en claro que sin importar la gravedad de la situación, el país seguirá estando dividido en regiones, clases sociales,colonias y prerrogativas. Una minoría continúa con un snobismo mientras se siente alejada de esta situación, otros viven con miedo porque saben que lo que necesitan no está al alcance de sus manos.Nuestro país se ha acostumbrado a estar triste desde hace tanto tiempo por lo que cada vez que sucede una desgracia, la gente se obstina en seguir en el refugio del folclor mexicano que nos permiteburlarnos de las tragedias que no padecemos de manera directa. El escudo del día de muertos y las famosas “calaveras” parecen ser la forma en la que justificamos la burla insensible hacia nuestroscompatriotas. Cuando la clara diferencia es que nuestras tradiciones del dos de noviembre son figuras abstractas, no cifras reales en donde la gente está en hospitales sin información ni medicamento.Si hubiese ese absurdo sentido del humor acompañado de solidaridad, ¿qué mejor? Pero es un cinismo empañado por indiferencia y solidaridad que sólo pudimos aprender de Salinas. No se trata dealgo que esté pasando al otro lado del mundo, ni en las zonas marginadas en donde las malas noticia ya no hacen eco, sino en la capital del país donde viven uno de cada cuatro mexicanos y la mayoría...
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