Mezquita No

¡MEZQUITA NO¡ Alberto Aranda y Guillermo Cruz
¡Mezquita NO¡ Es un documental sobre el establecimiento de un lugar de culto musulmán (mezquita) en el barrio de Singuerlin (Santa Coloma de Gramenet, Barcelona) entre octubre-noviembre de 2004. Es la historia de un conflicto, con las voces (y discursos) de los protagonistas y potentes imágenes que nos dan una visión de todo lo que aconteció en esosmeses. Hablan los representantes de: la comunidad musulmana (T. Cheddadi), los vecinos del barrio (Mª Carmen Padilla), el Ateneo-centro de acogida de inmigrantes (Carme Giménez), el ayuntamiento (Esperanza Esteve) y su equipo de mediadores (J. Romero). Una de las cosas más interesantes de este vídeo es recoger los puntos de vista de cada uno de ellos. Según los autores del documental, éste es “esun toque duro y descarnado que va directo a la conciencia del espectador para recordarle que la inmigración y la convivencia entre culturas son cuestiones que aquí todavía no hemos empezado a entender y menos a resolver”. 
Desde que los vecinos se enteran que van a abrir una mezquita en un bajo del barrio se movilizan en contra, alegando deficiencias técnicas del local. El Ayuntamiento se reúnecon ellos y la comunidad musulmana y acuerdan trasladar el oratorio a un nuevo lugar (gimnasio Can Zam), pero allí son “nuevos vecinos” (barrio del Pilar) los que protestan y rechazan la mezquita. La decisión del Ayuntamiento entonces es volver a emplazar a la comunidad musulmana en el local de Singuerlin, certificar que el local cumple la normativa y enviar a la policía para protegerles durantelos rezos. Una de las ideas más repetidas en el vídeo es el ejercicio del derecho constitucional al culto religioso. A mí parecer esto es la ley (el papel) pero ¿cómo se aplica esto en la realidad? ¿Cómo logran las autoridades manejar los conflictos que desencadena la protección de este derecho? ¿Sólo protegiéndolo se consigue mejorar la convivencia? Este caso demuestra que hacen falta otro tipo deactuaciones. Y reconozco que no tengo las respuestas, pero un poco más de diálogo entre las partes sí hubiera sido posible.
Cheddadi asegura que desde el principio el discurso fue “No a la mezquita. No a los moros” y que las deficiencias técnicas del local eran sólo una excusa (algunos vecinos le aseguraron que aunque consiguiera los permisos no iban a permitir que oraran ahí). “Toda personade cada país del mundo tiene sus derechos, ¿dónde están los nuestros?”. Así rezaba una de las pancartas del grupo espontáneo de vecinos que se manifestaban en Singuerlin. Desde el principio se manifestaron en contra, desde varias posiciones, unas más radicales que otras o unas más “estudiadas” que otras (esta pancarta recoge la cara menos radical del grupo, pero es sólo fachada). Incluso llegan ahacer una protesta conjunta con la comunidad musulmana (único momento en que parece que el diálogo se impone) contra el Ayuntamiento (por sus continuos cambios de decisión respecto al emplazamiento del oratorio). Me llama la atención la incomunicación entre los protagonistas y la falta de diálogo, y la falta de espacios públicos para remediar esto. Cuando la mezquita “vuelve” a Singuerlin, losvecinos radicalizan sus posturas, cada día protestan a las puertas del centro, hacen ruido durante el rezo, insultan, pitan. Cada día.
El vídeo recoge los diferentes discursos de la oposición vecinal: los portavoces alegan que el centro no cumple las condiciones (“es una ratonera. No es bueno para ellos ni para nosotros”) y otras voces les acompañan (“Fuera de aquí los moros”) con la reprimenda dela “voz” oficial. La oposición vecinal a la mezquita alega las deficiencias del local pero esto resulta una excusa, una postura oficial políticamente correcta que esconde prejuicios racistas y xenófobos que se dejan ver en diferentes momentos del documental: con la mezquita cerca de su casa dicen que sus pisos pierden valor, temen la masificación y los posibles riesgos del terrorismo islamista....