Mi Abuelo

ABUELO. Hipólito Bartolo Marcos Hasta parece que fuera ayer; Nos sentábamos aquí, y en tiempos de frío y caía la helada, o cuando soplaban los ventarrones, nos acurrucábamos alrededor de la lumbre,para calentar nuestros escuálidos cuerpos. No había luz eléctrica entonces, menos alcanzaba para comprarse un radio de pilas. Todo estaba al ras del suelo, sobre la tierra misma. Quién sabe, pero lascasas de entonces, no se construían con piedras sobrepuestas; sólo la iglesia vieja parada allá en Chalmita estaba construida con piedras. Pero la mayoría de aquellas viviendas, eran casuchas depencas, ocotillo u órganos. La gente vivía en casas muy humildes. En la casa mía, vivíamos mi padre, mi madre, mi abuela, mi abuelo; tres de mis hermanas, y mi tía Gilberta. Pero a mí, me gustaba andar máscon mi abuelo. A veces, me iba muy de madrugada con él a raspar los magueyes para el aguamiel del pulque, bueno, cuando no me daba flojera. Pero la mayoría de las veces, prefería ir con él a tallarlechuguilla porque ahí, bajo el mezquite donde trabajaba, era buen lugar para escuchar sus cuentos, pero más sus historias. Cuando me iba solo al monte a pastorear, y si sentía que tenía miedo de quealgo o alguien me asustaran, decía, debía sentirme acompañado. Y me repetía: “cuando escuches el canto de la chicharra, ahí voy a estar, cuidándote”. Y en las ocasiones en que se iba a vender suscostales a Actopan, o a Ixmiquilpan, pasaba hasta una semana para que él estuviera de regreso, pero también me decía: “y cuando se haga de noche, y empiece a cantar el grillo, recuerda que ahí estoycontigo, velando tu sueño”.

Así pasaron los años, fui creciendo, yendo a pastorear, apenas escuchaba el giiiiii de la chicharra, y me reconfortaba saber que ahí estaba mi abuelo, conmigo. Y cuando yaempezaba a caer la tarde, cuando empezaba a oscurecer, sólo esperaba el prr prr prr prr prr del grillo para saber que nuevamente él estaba conmigo, cuidándome, velando mis sueños. Pero los años no...