Mi bagua grande, un poquito de ayer y un poquito de hoy
Páginas: 3 (562 palabras)
Publicado: 4 de abril de 2011
Mi Bagua Grande de ayer y un poquito de hoy
(Trocito de Historia)
Contaba mi madrecita Martha Olivera Barturén, que en las décadas del 40 y 50, mi Bagua Grande, dibujaba un paisaje agradablerodeado de bosques, cactus y cuyushinales de ensueño, donde su gente transmitía ese calorcito amigable y se dejaba sentir un agradable sabor a tierra mojada; de lluvias, ni hablar, sonoros truenos ydeslumbrantes relámpagos anunciaban los torrenciales aguaceros.
Y me pregunto ¿Quién escribió “Resecos parajes” en nuestro himno a la provincia de Utcubamba?, quizá algún ignorante que jamás mi puebloconoció.
Evocando el pasado; pinto un paisaje con casitas de quincha, revestidas con barro y paja, un par de argollas con cuero de vacuno sostenían chirriantes puertas que casi nunca se cerraban,siempre abiertas al caminante; sus techos, frescos como la naturaleza, tejidos con broza o paja de arroz, impenetrable a la lluvia, pero si, muy hospedero, en el cual golondrinas y arroceros,gorrioncillos y chigüisos se disputaban un lugarcito para anidar; la fiesta patronal, un martirio para ellos, trinaban al Supremo que el viento aleje el fuego que los globos transportaban, los vecinosigualmente, latas con agua alistaban para las noches del “Castillo”, si el globo en una casa caía, la fiesta interrumpía, allí todos cooperaban, no existían las cisternas ni bomberos como hoy, solo borricosaguateros, que muy prestos acudían.
Muy de mañanita, relucientes tizones de algarrobo despertaban y de casa en casa viajaban esperando un soplido, para en llamas revivir agradables desayunos, unsabroso caldo de Cashcas, un humeante Shurumbo o chicharrones rescatados desde el fondo de latas con manteca acompañados con yuquitas calientes y una taza con café, nadie pensaba en el colesterol, es uninvento moderno, talvez porque en casa, la chicha morada nunca faltaba.
Al anochecer, después del intenso trabajo, o de interminables juegos del atardecer, padres e hijos y amigos del barrio,...
(Trocito de Historia)
Contaba mi madrecita Martha Olivera Barturén, que en las décadas del 40 y 50, mi Bagua Grande, dibujaba un paisaje agradablerodeado de bosques, cactus y cuyushinales de ensueño, donde su gente transmitía ese calorcito amigable y se dejaba sentir un agradable sabor a tierra mojada; de lluvias, ni hablar, sonoros truenos ydeslumbrantes relámpagos anunciaban los torrenciales aguaceros.
Y me pregunto ¿Quién escribió “Resecos parajes” en nuestro himno a la provincia de Utcubamba?, quizá algún ignorante que jamás mi puebloconoció.
Evocando el pasado; pinto un paisaje con casitas de quincha, revestidas con barro y paja, un par de argollas con cuero de vacuno sostenían chirriantes puertas que casi nunca se cerraban,siempre abiertas al caminante; sus techos, frescos como la naturaleza, tejidos con broza o paja de arroz, impenetrable a la lluvia, pero si, muy hospedero, en el cual golondrinas y arroceros,gorrioncillos y chigüisos se disputaban un lugarcito para anidar; la fiesta patronal, un martirio para ellos, trinaban al Supremo que el viento aleje el fuego que los globos transportaban, los vecinosigualmente, latas con agua alistaban para las noches del “Castillo”, si el globo en una casa caía, la fiesta interrumpía, allí todos cooperaban, no existían las cisternas ni bomberos como hoy, solo borricosaguateros, que muy prestos acudían.
Muy de mañanita, relucientes tizones de algarrobo despertaban y de casa en casa viajaban esperando un soplido, para en llamas revivir agradables desayunos, unsabroso caldo de Cashcas, un humeante Shurumbo o chicharrones rescatados desde el fondo de latas con manteca acompañados con yuquitas calientes y una taza con café, nadie pensaba en el colesterol, es uninvento moderno, talvez porque en casa, la chicha morada nunca faltaba.
Al anochecer, después del intenso trabajo, o de interminables juegos del atardecer, padres e hijos y amigos del barrio,...
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