Mi Cuento Improbisado
Lasensación de frio fue inmediata, sentía como si cada poro de mi piel gritara, pero lo aguanté, porque simplemente la emoción de sentir el viento despeinándome el cabello y la lluvia mojándome la piel notenía precio. Comencé a correr cada vez a mayor velocidad por la calle empapada, hasta llegar a la casa de mi mejor amiga y comencé a aporrear la puerta con fuerza.
-¡Paula ábreme, de prisa estálloviendo vamos a La Cañada!-Dije gritando y riendo al mismo tiempo mientras pequeñas gotas resbalaban por mi nariz hacia mi boca.
En un momento una chica sonriente se materializó detrás del umbral dela puerta. Era alta de pelo color caoba y luminosos ojos verdes, llevaba puesta una larga cazadora negra con hebillas y un lindo par de botas impermeables rojas que hacían juego con su boinafavorita.
-Sabía que aparecerías de un momento para otro-Dijo regalándome su mejor sonrisa-¡Vamos!
Emprendimos la marcha hacia La Cañada muy animadas. La Cañada era un monte lleno de verdeparticularmente hermoso los días de lluvia, era tradición de mejores amigas los días como estos visitarlo y lanzar un par de rocas al pequeño pasaje de agua , de verdad que lo disfrutaba.
Llegamos a nuestrodestino en menos de 20 minutos y comenzamos a correr entre piedras y hierbas mientras el barro salpicaba nuestro calzado, entramos en una pequeña cueva, nuestro ‘’escondite secreto’’ era realmenteacogedor Paula abrió su pequeña cartera y sacó un termo de té caliente con algunas galletas.
-Eres genial-Dije quitándole el termo de las manos y rodeándolo con las mías para entrar en calor.
Así...
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