Mi Cuento

Mi locura… tu locura.
Ja…jajajajajajaja…ajajajajajaja…jajajaja…
La risa resonó aquella madrugada en la terminal de ómnibus.
Yo, una sencilla payuca que venía de una agradable velada junto a misamigos, comprendí, pude intuir y me convencí, sin ver el rostro de aquella persona, que esa carcajada resonante no era normal.
Pronto la silueta de un corpulento hombre se presento ante mi vista paraaclarar mis sospechas y recordé!; recordé! Si, si, recordé! El barrio, las luces en medio de aquella avenida, el agua que brotaba de sus calles, la serenidad de sus noches, el mercado de la esquina,la vieja carnicería con su luz blanca, el bar, su estructura, sus costumbres y su gente, sobre todo… su gente.
Entre ellos se encontraba el, cordero, así le decían!, tipo raro, de gran tamañocorporal, rubio, taciturno, de mirada profunda, labios gruesos, sonrisa irónica. Sus ojos delataban la inocencia de un ser adolescente y la tristeza un sello irreparable, aunque también inspiraba como unaire de desconfianza, traición. Este individuo que conocí en aquel entonces era fanático de los videos juegos, street fighter II, la pelea, juego por los cuales competía con su madre, su gran compañera,luego aplicaba a la realidad los hechos lanzando inocentemente grandes mamporros y patadas voladoras, solía jugar también y llevaba sobre su hombro derecho una gran ametralladora de plástico comodefensa personal y en sus días calmos se entretenía en la mesa del club con una colección de autitos de carreras.
Puedo decir que nunca conocí su vivienda pero solo sé que era un verdadero babieca,esta más que claro que este quía poseía y posee todas las características de un individuo enfermo.
Yo lo volví a ver después de tanto tiempo y lo reconocí porque son personas que marcan y muy difícilesde olvidar, estaba igual aunque creo que el a mi no me reconoció, pero… yo sí! Yo sí! Y me trajo demasiados recuerdos de mi adolescencia por eso hoy escribo sobre él.
La madrugada que lo encontré...