mi hermoso mundo


Mi hermoso mundo…


Susurra en mis oídos,
Majestuoso, suave, limpio,
Susurra y me atrapa
Me envuelve, me lleva.
No sé lo que dice,
No entiendo y lo sigo.
Cada hoja susurra
Cada una un sonido.
Percibo su aroma, su dolor,
Su pedido de auxilio.
Camino y camino
Me interno, me invaden
Los viejos recuerdos.
Si si ¡ya te oigo!
¡Te escucho, te siento!
No llores, espera,
Yo voy atu encuentro…






Autor: Echenique Fatima
Ganadora del Segundo premio en el Concurso Boloqui.
La Aventura de Laila

Hace calor. El sol no pide asomarse por ningún rincón, solo invade el patio, penetra por la puerta e invita a salir. El duraznero se esmera en mantener sus hojas verdes y atentas al rayo del sol, mientras soporta como todas las siestas, las regordetas piernas de Laila.Ella solo tiene 3 años y siempre se las ingenia para escapar de la rigurosa siesta que sus padres la obligan a cumplir hasta las cuatro de la tarde, ¡es una eternidad! si si, el tiempo no pasa nunca, así que se escabulle silenciosa, con sus piececitos desnudos sin hacer el menor ruido sobre el rojo piso aun mojado, hasta el patio.
Bajo el duraznero se encuentra la vieja hamaca de madera, deesas que se pueden hamacar de a dos, es roja y verde y al igual que el duraznero, son el lugar preferido de Laila, pero no para hamacarse o sentarse o treparse, no no, ella sueña sobre ellos, si, sueña pero despierta. En su sueño es una acróbata maravillosa, capaz de lograr las más audaces piruetas, camina sobre las gruesas y no tan gruesas ramas con sus bracitos extendido para hacer equilibriode un extremo al otro, y una vez en el tronco se abraza a él esperando los aplausos, ¿me preguntas de quienes? bien, los espectadores no son muchos en la realidad, pero para ella son suficientes: en primera fila, sentado, jadeante, siempre está Yoni (un perro blanco, lanudo, bigotón con hermosos ojos dulces redondos desesperados por el cuidado de Laila) un poco más atrás y manteniendo la higienepersonal está Michi ( el único nombre pobretón que tenía el gato) y sobre el lado derecho algo escondido pasa la hilera de hormigas que Laila cuida del veneno de su mamá (era protectora de todo bicho viviente, menos el tata dios), y bien, ante este público tan variado como apático a sus presentaciones, Laila se sentía reconocida y valorada como la mejor del mejor circo. Trababa sus piernas enla hamaca, soltaba sus brazos, y mirando todo al revés, con su larga melena rosando la tierra, observaba a Yoni como diciendo “no me va a pasar nada, no te preocupes”. En realidad, la preocupación de Yoni era la otra parte del show, porque allí era él el protagonista, al menos lo fue una vez, luego de semejante vergüenza y atendiendo a la preparación de Laila, salía corriendo a la calle ¡no seacosa que la delirante regordeta lo volviera a atrapar colocándole gorro vestido y zapatos!
El sol golpeaba con fuerza ese día, la hora no pasaba nunca, Yoni y Michi ya se habían retirado, solo quedaba la interminable fila de hormigas. Laila, dejó de ser acróbata para convertirse en una enorme, más bien gigantesca niña (pero buena). Los pastos de diminutas hojas simulaban árboles de mimosas(que si tocas las hojitas se estremecen todas, como si fueran mimosas, ¿viste?) y el serpenteado caminito, era en su imaginación un largo y sinuoso camino por donde las “pobres” hormigas trabajadoras, debían recorrer sin importar los obstáculos a saltear. ¡menos mal que estaba la gigante Laila! enormes troncos impedían seguir el camino y a veces al rodearlo perdían la ubicación, así que lasalvadora, tomaba con sus deditos pulgar e índice cada ramita y las arrojaba lejos, mientras observaba a alguna relegada para tomarla cuidadosamente de su enorme carga y adelantarle el paso. Pobres hormigas, quedaban en el vacío pataleando hasta tocar suelo firme sin saber cuál era el propósito de ese viaje, ni quién era la protagonista de semejante aventura. Así transcurrían las horas de siesta,...