Mi hogar
He tenido que tomar decisiones y sin dudar, una de las experiencias y decisionesmás complicadas que he tenido que tomar ha sido dejar mi casa, mi hogar, mi mundo, mi pueblo en donde había vivido desde que tengo memoria hasta hace un par de meses para venir a Santiago a estudiar.En mi llegada en esta nueva ciudad me encontré con mundo nuevo en donde las calles se me hacían enormes, los caminos eran complicados, el ruido me atormentaba en las noche y día y la gente parecíacarecer de una cierta amabilidad a le que acostumbraba vivir constantemente en mi pueblo. Pese a que sus calles son angostas, los granitos de tierra se cuelan en los ojos, el olor a humedad inundabamis pulmones y la gente –en especial mi familia- son de una calidad que llena cada poro de mi cuerpo.
Recuerdo un día que desperté aquí, en esta nueva casa, si es que a cuatro paredes, una cama yun escritorio se le puede llamar casa y quizás menos “hogar”. No estaba acostumbrado a moverme y chocar con las paredes, a enfrentarme directamente con el límite en el que debía desenvolverme durantemuchos años más. Me angustié y opte por salir de este lugar.
Tras este acontecimiento recordé mi hogar y mis ojos se llenaron de lágrimas al darme cuenta lo que había perdido, ya que, es muydistinto ir de pasada un fin de semana a realmente vivir ahí, a despertar con la calidad de mi madre, con las risas de mi hermana y con uno que otro reto de mi padre por sus típico estrés sobre su trabajo.Siempre que puedo viajo a mis raíces, a este maravilloso lugar, de alguna forma –quizás así lo veo por mi situación- el ser humano necesita reencontrase consigo mismo y que mejor que volver al lugar...
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