Mi madre cree que tengo suerte
La realidad, sin embargo, es distante. Uno llega a tener la talla y peso ideal para que, si algún día ya sea que te pasa la combi por encima o te cae a golpes un desconocido, es porquehiciste algo para merecerlo. Sóbate pues y, como diría Sofía Mulanovich, a llorar a la playa.
Así, un domingo cualquiera (un día antes del lunes cualquiera) uno sale en el carro a pasear con lafamilia a disfrutar el fin de semana. Y sabe a lo que se enfrenta cuando se lanza con sus Goodyear a la calle. Pero nada, solo queda pensar bonito para que todo salga bonito. La diferencia es que ahoradios no es mi copiloto, sino mi vieja.
Y mientras uno intenta invocara a la Santa Paciencia, a Santa Rosita y hasta a Santa Natura, la progenitora de uno intenta citar el Reglamento Nacional deTránsito con memorables citas como “para en la luz roja”, “mira antes de entrar a la vía rápida”, “hay una señora cruzando” y demás perlas.
Llega entonces el momento en que uno debe recordar las sabiasenseñanzas del célebre ingeniero aeroespacial Howard Wolowitz y, de modo sutil mandarla a callar.
Al caer la noche, con su aplastante oscuridad y luego de que le lean algún cuento de hadas, unocae en la cama enfundado en su mejor pijama de Ben 10 y reflexiona sobre el día y piensa:
- Hace tres años que manejo.
- Recorro más de 500 kilómetros al mes.
- Enfrenta a poco más de una docenade peatones imprudentes por viaje.
- Es cerrado por otro carro más grande tres veces por semana.
- Atraviesa cruces de calles diseñados por algún urbanista pendenciero que ahora mira, desde elinfierno, cómo los conductores se libran en sus tramposas esquinas.
- Surca baches que el alcalde no quiere arreglar.
- …y aún así llega vivo a su casa.
Mi madre debe pensar que tengo mucha...
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