Mi padare

Entonces el viejo dentista pidió ayuda a su auxiliar, que era todavía más vieja que él. La señorita Mojigata se encargó de agarrarlo y tirar de él con todas sus fuerzas. Pero aun con todo, el diente no se soltaba.
Enseguida pidieron a Ternera, la musculosa recepcionista, que entrara en la habitación para ayudarles. La señorita Ternera pesaba más que el señor Vetusto y la señorita Mojigatajuntos. Pero ni tirando de ellos con todo su peso se soltaba el diente.
En ese preciso momento el dentista tuvo una idea y mandó a la señorita Mojigata traer algo de hilo dental especialmente grueso. Ató cuidadosamente el hilo alrededor de las pinzas y después lo enrolló alrededor del corpulento lomo de la señorita Ternera. Entonces el dentista ordenó a su robusta recepcionista saltar por la ventana ala cuenta de tres. Pero ni aun con todo el peso de la señorita Ternera tirando del diente del chico, este se soltaba.
El pobre y joven Alfie seguía tumbado en la silla del dentista muerto de miedo. El señor Antaño fue a buscar refuerzos a la sala de espera. Se había formado una inmensa cola de pacientes que estaban esperando ser atendidos y pidió ayuda a todos ellos: a los jóvenes y a losviejos, a los gordos y a los flacos… El viejo dentista necesitaba la máxima ayuda posible.
Sin embargo, incluso con aquella larga cadena humana y la *, el diente permanecía fuerte y perfectamente agarrado. FFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF-
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Entonces el viejo dentista pidió ayuda a su auxiliar, que era todavía más vieja que él. La señorita Mojigata se encargó de agarrarlo y tirar de él con todas sus fuerzas. Pero aun con todo, el diente no se soltaba.
Enseguida pidieron a Ternera, la musculosa recepcionista, que entrara en la habitación para ayudarles. La señorita Ternera pesaba más que el señor Vetusto y la señorita Mojigatajuntos. Pero ni tirando de ellos con todo su peso se soltaba el diente.
En ese preciso momento el dentista tuvo una idea y mandó a la señorita Mojigata traer algo de hilo dental especialmente grueso. Ató cuidadosamente el hilo alrededor de las pinzas y después lo enrolló alrededor del corpulento lomo de la señorita Ternera. Entonces el dentista ordenó a su robusta recepcionista saltar por laventana a la cuenta de tres. Pero ni aun con todo el peso de la señorita Ternera tirando del diente del chico, este se soltaba.
El pobre y joven Alfie seguía tumbado en la silla del dentista muerto de miedo. El señor Antaño fue a buscar refuerzos a la sala de espera. Se había formado una inmensa cola de pacientes que estaban esperando ser atendidos y pidió ayuda a todos ellos: a los jóvenes y a losviejos, a los gordos y a los flacos… El viejo dentista necesitaba la máxima ayuda posible.
Sin embargo, incluso con aquella larga cadena humana y la *, el diente permanecía fuerte y perfectamente agarrado. FFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF-
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Enseguida pidieron a Ternera, la musculosa recepcionista, que entrara en la habitación para ayudarles. La señorita Ternera pesaba más que el señor Vetusto y la señorita Mojigatajuntos. Pero ni tirando de ellos con todo su peso se soltaba el diente.
En ese preciso momento el dentista tuvo una idea y mandó a la señorita Mojigata traer algo de hilo dental especialmente grueso. Ató cuidadosamente el hilo alrededor de las pinzas y después lo enrolló alrededor del corpulento lomo de la señorita Ternera. Entonces el dentista ordenó a su robusta recepcionista saltar por la...