Mi pato
La ausencia de reglas causó queel juego fuera en ocasiones extremadamente violento. Muchos gauchos resultaron muertos durante corridas, al "rodar" su caballo o siendo atropellados por otros caballos.También se dieron casos en que, en el fragor del juego, disputas entre rivales fueron dirimidas a cuchillo. Por esos motivos, las autoridades civiles y eclesiásticas vieronel juego con desagrado. El 20 de agosto de 1790 el virrey Arredondo prohibió el juego del pato. En 1796 un edicto de la iglesia aclara que no se debe dar sepulturacristiana a quien muere jugando al pato, y en 1822 el gobierno de la provincia de Buenos Aires prohibió la práctica del juego. Dicha prohibición fue sostenida durante elgobierno de Juan Manuel de Rosas (quien, se rumoreaba, sentía especial fastidio por el juego).
Es de notar el escaso número de menciones al pato en la literatura gauchesca.En la década de 1930, el estanciero bonaerense Alberto del Castillo Posse se dedicó a definir y reglamentar la variante moderna del pato, que abreva del polo en ciertosaspectos, y retiene ciertas características del pato tradicional, en particular el elemento de la cinchada, y la ensilladura y estribos propios del gaucho bonaerense.
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