Mi Testimonio

TESTIMONIO PERSONAL

Santiago 5:15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
Este versículo se cumplió plenamente en mí, y ahora voy a relatar de una manera lo más breve posible de cómo El Señor tanto me sanó como perdonó mis pecados.
Comenzaré diciendo que hace un poco más de diez años me hablaban de Dios (yo habíaleído anteriormente por 3 ocasiones la biblia y comentábamos varios temas) y me decían de lo importante que es congregarse en una iglesia, pero por razones de trabajo, principalmente, yo no podía aceptar el pertenecer a una iglesia, pues siempre se me había hecho que cuando uno perteneciera a una iglesia tendría la obligación de dar un buen testimonio y en las condiciones de mi trabajo esto no eraposible; no porque fuera un trabajo de pecado, sino porque había ocasiones en que tenía que actuar, en mi propio concepto, de una manera injusta y eso sería dar un mal testimonio.
Esta era mi vida, yo me sentía mejor que muchos porque aparentemente no pecaba, o pecaba menos que la mayoría; era una de las muchas personas que dicen yo no mato, no robo, yo no peco.
Dejé ese trabajo y poco despuésmi esposa aceptó a Cristo como su Señor, yo lo había aceptado años atrás, pero realmente no conocía al Dios Todopoderoso aunque había leído de Él; nos comenzamos a congregar en una iglesia pentecostés; para este entonces yo estaba enfermo: caminaba con dificultad, con mucho dolor y apoyándome en mi esposa subía con trabajo las banquetas y estaba en el negocio siempre con dolor.
Los médicos decíanque era consecuencia de que durante 14 años había tenido problemas con los riñones, el ácido úrico estaba muy alto y la artritis reumatoide había entrado a mi cuerpo. Vimos desde gente que soba hasta médicos urólogos, naturistas, internistas, traumatólogos, de medicina alternativa y nada me quitaba permanentemente los dolores en los huesos y en las articulaciones. A uno de los médicos internistasle comenté que sentía que las manos se me iban a quebrar, se me iban a hacer cachitos cuando las movía o accidentalmente me golpeaba y él me dijo: “no te preocupes, no se rompen lo que pasa es que el ácido úrico son como vidrios que tienes en las articulaciones y es por eso que te duele pero no se rompen”.
Pasaron los meses varios siervos de Dios oraban por mí y algunos me preguntaban crees queCristo te puede sanar y yo contestaba no solo lo creo sino que lo sé y en una ocasión nos visitó en el negocio una misionera que venía de “El Ocotito”, estado de Guerrero, México; el cual se ubica adelante de Chilpancingo y comentamos algunas cosas y entre ellas mencionó el Salmo 1:1-2 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla deescarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. ¿Había leído esto antes?, Sí varias veces. Yo era bienaventurado una de las acepciones de esta palabra es “muy dichoso” por un buen rato estas palabras estuvieron en mi mente pero después se borraron como tantas otras que leemos y releemos.
Unos meses después nos invitaron a una campañaevangelística en el “Estadio Ambrosio Figueroa” aquí en Iguala y fuimos aunque yo decía cómo voy a subir los escalones si están muy altos, pero fuimos y recargándome en mi esposa y con mucha dificultad y dolor para mí, nos subimos hasta el cuarto o quinto escalón por la parte lateral donde hay escalones intermedios; Había ahí un hermano que exhortaba a los presentes a alabar al Señor con todo suser y decía: “dale una ofrenda de palmas al Señor, acompaña los cantos con tus manos, aplaude para el Señor, palmea en los cantos”, yo sentía que se me quebraban las manos y recordé que no se rompen, y dije en mi interior es para mi Señor y Él merece más; sufrió mucho más por mí, siendo un santo, y mis aplausos eran más fuertes; de pronto se me obscureció todo y me vi en un lugar precioso eran...