Mi viaje a Canchaque
Era la mañana del viernes 28 de Setiembre y ya a todo estaba arreglado. Ese día todas nos habíamos levantado temprano y con entusiasmo de empezar el camino hacia la ciudad de Canchaque.
Recuerdo que me levante un poco tarde, pues el despertador no sonó y en el colegio debíamos estar a eso de las 5:30am, formando filas para abordar los buses; pero acompañada de mimadre, quien fue la que me acompañó, llegamos 15 min, retrasadas y un poco preocupadas por la hora.
En la entrada del colegio se encontraba la auxiliar, la señora Viky, quien estaba vestida con busola, zapatillas y una gran sonrisa de bienvenida que se dibujaba en su rostro, pues si, ella también iría en el viaje. Lo que en ese momento estaba haciendo era separar a las madres de sus hijas.Cuando entre al colegio vi que mis compañeras de salón murmuraban entre ellas, pues ese día Ana Lucía cumplía un año más y para tal suerte de ella, lo pasaría con nosotras, entonces lo que se comentaba era que Maritza, quien viajaba con su mamá, habían llevado una torta para compartir en el bus y pasar un momento agradable con todas, pero Ana Lucía no sabía nada, esa era la sorpresa.
Ya era momentode partir, formadas en filas empezamos a subir a los buses salón por salón, este era el primer año que no me separaba de mi salón, pues en ocasiones anteriores yo tenía la suerte, aunque no sé si mala o buena de viajar en otro bus, con otras chicas, que conocía poco, pero que al final me divertía con ellas.
En los asientos yo iba junto a Lillyam, con quien escuchaba canciones, hablábamos de milcosas y comíamos de todo durante el viaje, mi madre en la mochila me colocó un termo con café, el cual lo abrí apenas subí al carro y compartí con las chicas que estaban cerca a mi asiento, a pesar de que estaba caliente se lo tomaron rápido.
Casi todas se encontraban paradas de sus asientos y por más baches que tenía el camino, que nos hacían dar pequeños saltos, ninguna se volvió a sentar.Otras se encontraban en las ventanas y parecían que se iban a salir por ella en cada curva que el carro daba.
La primera parada fue en la plaza del faique, Lillyam y yo apenas bajamos del bus, corrimos a buscar a las chicas de los otros salones, las de nuestro grupo y todo eso fue un caos, pues no las encontrábamos, hallábamos a una y se volvía a perder; todas nos reunimos y nos saludamos reciéncuando entramos al colegio, un lugar muy acogedor y con una vista hermosa donde se observaban áreas verdes. Recorrimos todo el colegio, atrás de este había como una banca en medio de la nada y debajo de esta un camino solitario de áreas verdes el cual nos llevaba hacia los petroleros y que más adelante fuimos a visitar. La plaza del faique era pequeña, al rededor había diferentes puestitos dondevendían café, algunas chicas aprovecharon y compraron, yo no compre nada porque me olvidé. La plaza me llamo demasiado la atención pues en una pared que se encontraba en el fondo de esta, había una imagen de varios elementos que hacían referencia al lugar: cascadas, el escudo sostenido por mujeres, flores. En ese lugar el guía que nos acompaño nos dio una charla, a la cual no preste atención porque nose le escuchaba y yo estaba entretenida en la imagen.
Luego de la plaza nos llevaron a un museo, donde en las paredes se encontraban unos cuadros de pintura. Nos hicieron subir casi cuatro a cinco pisos para poder llegar a la terraza y maravillarnos con la vista esplendida que tenía ese pequeño pueblo, bajamos y ya no podíamos, no estábamos acostumbradas a esas escaleras que cuando las vimos alsubir parecían pocas, pero al bajar se veían inmensas y parecía que nunca íbamos a terminar de bajar. Pero el camino no término ahí, pues recién empezaba, ahora nos tocaba descender por ese camino solitario lleno de vegetación, que nos condujo hacia los petroglifos. El camino era empinado y poco accesible, yo tenía un poco de temor así que me sujete de una de mis amigas. Claudia una chica de...
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