Mi vida camo auto defensa
Mi levantamiento político en armas, como ven, no fue un acto deliberado ni creado por fuerzas diferentes a mi razón, a mi convicción y a mi sentir. Fue la lógica respuesta a una necesidad de legítima defensa de la vida, de las libertades, de la soberanía, de mi identidad política como soñador de provincia que me resistía aseguir siendo un humillado financiador, un espectador más de las imposiciones que traían consigo peligros nacionales, amenazas colectivas, muertes individuales y victimización de una sociedad. No quería seguir siendo más uno de los responsables, como muchos ya lo éramos por miedo, indiferencia u omisión, del mayor genocidio que se podría realizar en el departamento del Cesar contra las mayoríassociales, que nos resistíamos a la opresión y nos resistíamos a la ocupación.
Mi compromiso con Luis, a partir de ese 4 de julio de 1995, sería ayudarlo a crecer la incipiente organización con la que las autodefensas habían hecho su arribo a Valledupar. Él hablaba de 20 hombres que yo jamás vi, pues uno de los puntos que dejamos claros era que mi
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comunicación sería única yexclusivamente con él. Esa condición la puse yo porque, como entenderán, las desconfianzas eran grandes y el temor que tenía consistía en que las guerrillas fueran a saber de algún tipo de involucramiento que tuviera con grupos de autodefensas, antes de que éstas empezaran a recuperar el territorio. Me cuidaba porque pensaba que si yo moría en sus comienzos nadie tendría el valor civil de seguir con lamotivación de la sociedad, y la organización de la resistencia. Entre las partes, esta condición quedó muy clara. Mi papel, entonces, se limitó a facilitar las condiciones para el crecimiento. Siempre le dije que si los empresarios no podían volver a sus empresas sería muy difícil que aportaran recursos para la recuperación de las zonas, lo que hacía prioritario que empezaran a recuperar territoriourgentemente. Él me dijo que quien manejaba la guerra era él, y que el modelo ya estaba diseñado y había dado resultados en varias partes del país y que ésta no sería la excepción. Explicó, para mi conocimiento, que si el desplazamiento de las gentes había provocado la ida hacia otras ciudades por temor a vivir allí, y si como le había expresado nos sentíamos secuestrados en nuestras propias casas,lo prioritario era empezar a atacar al enemigo en la misma ciudad, para facilitar la recuperación de la confianza entre nosotros, pues sólo así podría yo avanzar en la socialización del modelo
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de defensa, que ya estaba presente y necesitaría de la colaboración de toda la sociedad. Luis tenía mucha razón, ya que al quedar los campos abandonados, la guerrilla se había mudado paraValledupar y allí convivíamos. Él necesitaba de la información de todos para que le avisáramos de cada guerrillero que llegara a tocarnos la puerta, o el sitio a donde se nos citara por parte de la guerrilla, para él y sus hombres actuar. Éste sería el paso más difícil porque yo no me atrevía hablar con la mayoría de las personas que, sabía, entregaban plata a la guerrilla, por el grado de compromiso y elmiedo que generaba que la guerrilla se diera cuenta de dónde salía la información. Le dije que eso sería demorado mientras él mostraba resultados y la gente sintiera que sí se puede avanzar por medio de las autodefensas como fuerza de resistencia. Que me diera tiempo para empezar a convencer a las gentes pero, que si quería, podríamos empezar por mí, que yo sí le informaría cuando me abordara laguerrilla o cuando me citaran a algún sitio para hacerles un favor, que era normal en esa época, o cuando vinieran a buscar la cuota, pues para esa época todavía yo era contribuyente del impuesto de guerra de esos Estados en formación que implantaron las guerrillas.
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Él me dijo que no había problema, que la guerra no la ganaríamos en un año, que lo importante era avanzar hacia la...
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