Con el paso de los años, esa misma señorita fue vicedirectora de la escuela en la cual trabajo actualmente, y a pesar del tiempo y el desgaste queproducen años de docencia, mantenía su calidez, su voz armoniosa, su dulzura, como afirmando que se puede comunicar, poner limites, y llegar al alumnodesde otro lugar, desde la comprensión, desde la escucha, el respeto, las ganas. Ahí también dejo su huella en mi, era un placer escuchar como se dirigíaa los alumnos formados en el patio cada mañana, siempre con esa voz cálida que la caracterizaba. Transpiraba amor y dedicación por su profesión.De lasecundaria me quedó un mal recuerdo de una profesora (no de plástica), que me quería hacer llevar la materia teniendo todas las pruebas aprobadas yrealizados los trabajos prácticos y aparte yo no molestaba ni a una mosca, jaja. Al final me aprobó porque no tenía ninguna excusa para no aprobarme, nuncame dio una explicación de porque quería hacerme llevar la materia…
De otra profesora tengo un buen recuerdo, yo creo que todo el curso la quería, yaque no tenía problemas en hablar sobre algún tema cuando lo necesitábamos y aparte siempre nos aconsejaba. Me acuerdo que nos decía cuando teníamos queestudiar para algún examen, que en vez de sentarnos a chatear en la compu nos sentemos a estudiar, que lo que nos faltaba era “calentar la silla” perode estudio, ja. Cada vez que llegaba su hora y entraba al curso entre todos le cantábamos un cantito que habíamos inventado para ella.
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