Mi vida
En mis tres partos el hombre más importante ha sido el anestesista. En ese terrible calvario el hombre solo sirve para leinsultes por haberte metido en tamaño embrollo. Eso si no está desmayado y no tienen que asistirle a él, porque en el parto de mi primer hijo casi tuve yo que tranquilizar al padre. Al tercer partodirectamente no llegó a tiempo y, si os soy sincera, no le eché de menos.
Pero, queridos padres novatos o primerizos, deseosos de ejercer a tope vuestra recién estrenada paternidad, no os preocupéis,que eso sí, a partir de que el niño respira por primera vez fuera del vientre, se abre un enorme mundo de oportunidades para vosotros. Ahí sí que son imprescindibles los padres. Y necesarios.
Y ospreguntaréis que a qué viene esto. Pues a que últimamente estoy constatando con preocupación que la implicación de los padres no acaba de ser la que debiera. Y no me refiero a esas terroríficasestadísticas que nos recuerdan continuamente que las mujeres realizan el doble de horas de tareas del hogar y de cuidado de seres dependientes, que las lees siempre pensando que eso ocurre en otras casas y...
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