Mi vida

Luis Enrique da por cerrado el capítulo Messi. No quiere entrar a responder ninguna de las preguntas que se le hacen sobre el delantero argentino. Amparado en la respuesta: “No quiero alimentar polémicas”, elude cualquier contestación que se le hace sobre el ariete. No obstante, las caras que se ponen ambos son elocuentes. Cualquier estudioso del lenguaje no verbal podría escribir un libro sobreambos.
El primer capítulo se vivió durante al entrega del premio de la LFP a Leo por convertirse en la máximo goleador de la historia de la Liga. Mientras el Camp Nou se rendía en pie al argentino, Luis Enrique, desde el banquillo, ni siquiera miraba la escena, como si no fuera con él. Pero la misma actitud se puede apreciar en el futbolista.
Durante la gala de la entrega del Balón de Oro seproyectó un vídeo del entrenador felicitando al azulgrana y elogiando las virtudes. El semblante relajado de Messi se tensó y se mostró muy distante, al contrario de como se había mostrado cuando se le proyecto el vídeo mensaje de Pablo Aimar.
Ayer se sucedieron los regates. Por ejemplo, a Lucho se le preguntó por este hecho y si se sentía molesto por la actitud de su jugador. “No vi la gala, notuve esa suerte” fue su escueta respuesta. Ni siquiera cuando le preguntaron por el hecho de que Messi pudiera ganar más Balones de Oro con la camiseta del Barça provocaron más locuacidad en el preparador. “No sé lo que nos va a deparar el futuro”, fue su mensaje.
Tan solo al final de la rueda de prensa, cuando se le insistió sobre si se imaginaba un Barcelona sin Messi el año próximo, se soltó unpoco más. “¿Sin Messi el año que viene? Esa es una pregunta para la sexta serie”, contestó con ironía. Yañadió: “Todos hemos dicho que Messi va a estar muchos años en el Barça. Es lo que deseamos todos los culés. No sé qué sentido tiene darle más vueltas. Bueno, sí sé qué sentido tiene... pero ni nos lo planteamos”.
Luis Enrique se parapetó en la comparecencia de prensa tras una actitud a ladefensiva en la que dejó claro la intencionalidad de toda la información que se publica y la culpabilidad de los que la sacan a la luz. El ejemplo más claro es cuando se le pregunto por las declaraciones de Josep Maria Bartomeu en las que aseguraba que el vestuario estaba unido. “Si lo dice el presidente... como para llevarle la contraria. Hace tiempo que huimos de polémicas y de tensión” y valoró suvisita a los jugadores tras ganar al Elche.
“Al presidente le he visto en la misma actitud desde que he llegado al club. Luego, si alguien inventa una noticia y crea el quilombo... os lo inventáis, le dais la vuelta. Es una historia que ya he vivido y que debe ser la quinta serie. No estoy para hablar de esto, va”, quiso zanjar. Tampoco le gustó cuando se le preguntó por la figura de JoaquínValdés, el psicólogo que no acaba de congeniar con la plantilla culé: “Siguiente pregunta”.
El desamor entre Messi y Luis Enrique es un hecho que ninguno de los dos se ha encargado de esconder. El técnico sabe que necesita al futbolista, pero no hace ningún esfuerzo por intentar un acercamiento. Sabe que tiene la batalla perdida y que tiene perdido cualquier pulso que trate de mantener con elargentino.
Además, el Camp Nou también se lo ha dejado claro cuando en los dos últimos partidos (Elche y Atlético) ha aplaudido y ovacionado a Messi y ha dejado caer algún silbido para el asturiano. De momento, se evitan y Lucho regatea las preguntas sobre él.


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Luis Enrique da por cerrado el capítulo Messi. No quiere entrar a responderninguna de las preguntas que se le hacen sobre el delantero argentino. Amparado en la respuesta: “No quiero alimentar polémicas”, elude cualquier contestación que se le hace sobre el ariete. No obstante, las caras que se ponen ambos son elocuentes. Cualquier estudioso del lenguaje no verbal podría escribir un libro sobre ambos.
El primer capítulo se vivió durante al entrega del premio de la...