MIACARA

Geovanny
Periodismo II
Junio de 2014
Lluvia de Fuego
Era el día de nuestra primer cita, por fin después de varios meses hablando por mensajes de texto y notas de audio le conocería en persona. La reunión tenía como fin el parque cerca de su casa. Antes de irme en camino escuche que se pronosticaban lluvias en la ciudad aunque el calor era tan fuerte como ardor que emana una fogata.
Ya enel parque, espere cinco minutos en la banca de cemento gris que revocaba una imagen de un par de amantes teniendo su amor en aquel sitio. Siguieron pasando los minutos y llego él, calzaba una camisa verde que hacia juego con ese pantalón gris brillante que destacaba su piernas torneadas. Tomo asiento y me saludo de un abrazo y beso en la mejilla. Platicamos un buen rato.
El cielo se volvió grisy comenzó a llover. Él tomo mi mano, sentí la calidez de ellas. Preguntó si prefería ir a su casa a un par de cuadras o quedarnos ahí en el parque a que bajara la lluvia… preferí ir a su casa.
Salimos del parque y corrimos de calle en calle como locos, brincábamos charcos y jugábamos como niños de diez u once años; por fin después de 12 minutos llegamos a su casa, la cual era de dos pisos encolor rojo sangre, entramos y nos percatamos de que no había nadie en casa y como algo adicional al momento no había luz, la oscuridad penetro mis ojos.
Tomó una vez más mis manos y subimos a su habitación la cual sabía que estaba al lado derecho por las veces que él me contaba.
Entramos al cuarto, y pude ver algunas cosas que por las fotos que me mandaba sabia que existían debido a lasfotos que veía en su muro o alguna de las que me mandaba. Su recamara tenia baño propio, y fue por un par de toallas color rojo, su favorito, pero era un rojo especial, no cualquier tipo de rojo; arrojó uno de los paños y lo tome entre las manos, dijo que me secara y lo hice, él mientras frotaba cada parte de su cuerpo. Secaba su cabello. Sus manos. Comenzó a quitar su camisa color verde, quemarcaba sus pectorales de manera especial, botón a botón, mi corazón se aceleraba como aquella vez que subí a la montaña rusa de la ciudad. Se despojo de ella. Yo no pude evitar voltear a verlo, tenía un par de tatuajes en sus hombros, su pecho; su cuerpo estaba hecho un lienzo. Él doblaba el brazo y sus músculos crecían, así como mi desesperación por besarlo.
Me dijo que se metería a duchar, yoasentí con la cabeza. Me senté en la cama un poco húmedo aun, era tan tibia, como la manta de mi cama, escuché caer el agua al fondo, no pude soportar la ansiedad, comencé a caminar hacia la puerta y note que estaba entre abierta. Miré por ahí. Cual cascada cayendo de un risco, tocaba el agua su cuerpo, ya no había frio en ese estrecho cuarto, había calor, en el suelo ya hacían su camisa, supantalón y esos bóxers que conocía por situación que no recuerdo.
Enjabonaba cada parte de su cuerpo, el cual yo deseaba como loco, como un niño desea ese helado de chocolate en pleno verano. Entrar o quedar a fuera. Era como sentir cuando no sabes si escoger entre vainilla o fresa, entre blanco o negro. Lo bueno, lo malo.
Sin temor ni pudor entré. Él seguía enjabonando cuando ingrese a la ducha,despoje poco a poco mi ropa, sentía en la piel la sensación de timidez y rudeza, de calor y frio. Le abrasé por la espalda. Tras hacer esto se noto la diferencia de estatura, él era un tanto más alto que yo, se voltio hacia mí y se sorprendió por la situación, y antes de que pudiera decirme algo, le calle con mi dedo para después besarlo.
De ahí se detono todo, el frio paso a segundo plano y el calorse apodero de la habitación. El beso que tanto había esperado por fin había hecho. Ambos en la ducha, sentía como caía el agua en mi piel y sus cálidos labios en mi ser, solo hubo besos.
Cuando por azares del calor me susurro al oído que fuéramos a la cama. No importaba que nos halláramos mojados, era en lo último que pensábamos. Allá afuera seguía cayendo agua del cielo y la luz aun no había...