miedo social
Claudia Korol
Un discurso de la izquierda, sostenido en el heroísmo individual, de seres que aparentemente nunca experimentaron miedo, resulta funcional –a pesar de que no es éste el sentido con el que se realiza- al debilitamiento de la capacidad de respuesta
El "miedo social" es una de las armas más poderosas que tiene el poder para enfrentar la lucha popular,desarticular las resistencias, y frenar la marcha. El miedo no nació de manera espontánea en nuestro cuerpo colectivo. Lo fabricaron a fuerza de reiterados golpes, de violaciones cada cual más violenta a nuestros cuerpos individuales y a nuestras vidas, de mutilaciones de nuestros sueños, de negación de nuestro poder grupal y social, como colectividades de intereses, de sentidos, de identidades, y comopueblo.
La desaparición de personas, fue un mecanismo diseñado por el terrorismo de Estado para vulnerabilizar nuestra subjetividad, deteriorar nuestros impulsos solidarios, aislarnos y paralizarnos. Para desaparecernos como amenaza a los intereses de la dominación. Para tranquilizar a los poderosos.
Pasó la dictadura, pero el miedo quedó alojado como fantasma en el desván de nuestraspesadillas, en nuestra piel, en nuestros huesos, en nuestros instintos. Ellos lo saben, y una y otra vez vuelven a recurrir a él, lo despiertan, lo sacuden. No necesitan ya del despliegue material de la maquinaria terrorista. Les alcanza con poner en escena algunos símbolos que activen en nuestro inconsciente colectivo el alerta frente a lo que creemos fuerzas oscuras, ingobernables, inmanejables,imparables, que supuestamente llegan y se van de acuerdo a designios que los mortales, es decir, nosotros y nosotras, no logramos descifrar.
Ellos nos han hecho creer que estas fuerzas reaccionan como bestias "civilizadoras", para castigar los desórdenes populares. Por eso, funcionan tan bien como disciplinadoras de una gobernabilidad en la que los intereses y necesidades de los sectores populares, sedeben subordinar siempre a los mandatos del poder, o de las fracciones de turno que gobiernan en cada oportunidad.
Un discurso de la izquierda, sostenido en el heroísmo individual, de seres que aparentemente nunca experimentaron miedo, resulta funcional –a pesar de que no es éste el sentido con el que se realiza- al debilitamiento de la capacidad de respuesta. Una historia escrita en clave dehéroes y mártires, vuelve compleja la participación humanizada en la misma de quienes quedamos fuera del catálogo. Si sentimos miedo, si nos angustiamos, no "entramos" en esa versión épica de las revoluciones ciertas o inciertas, y nos culpabilizamos por ello, o bien buscamos un atajo para tranquilizarnos y dedicar nuestra energía a asuntos en los que el riesgo resulte menor, o se crea menor.Entonces, al tiempo que se debilita la capacidad de acción colectiva y solidaria, no se evita que los efectos del terror continúen amenazantes, más aún en quienes no han logrado sostener sus deseos en cuerpos sociales con capacidad de cuidarlos y hacerlos posibles.
Es necesario entonces reconocer que el miedo existe. Que hay un miedo construido desde el poder, y cultivado por el silencio de quienesno nos animamos a plantearlo como un problema a resolver, tanto como el hambre, o la falta de trabajo, o el analfabetismo.
En este momento, cuando hay políticas que vuelven a intentar atemorizarnos, es importante hablar en voz alta del miedo, del tuyo, del mío, de los miedos. Del miedo al dolor, del miedo a la muerte, del miedo a vivir sin creer en lo que hacemos, del miedo a creer en lo que nosdicen, del miedo a decir, del miedo a callar, del miedo a perder el trabajo, del miedo a cambiar, del miedo a acostumbrarse, del miedo a la complicidad, del miedo a la soledad, del miedo a la multitud, del miedo a rendirse, del miedo al miedo. Es necesario identificarlos, para poder desafiarlos.
Que el miedo exista, no significa que las escenas que éste multiplica y amplifica, tengan la...
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