Mierda
“Lo que importa no es lo que la vida nos hace
Sino lo que uno hace con lo que la vida le hace”
E Jackson
Me enfadan las madres, son demasiado impulsivas. Y encima detodo pretenden convertir sus frustraciones en inhóspitados sueños, susceptibles de hacerse realidad. Claro, ¡como no!, en los hijos: “Los jóvenes son el futuro de Colombia, los encargados de transformarel presente y delimitar el futuro, de introyectar la imagen del padre en su personalidad, ya sea para identificarse o diferenciarse de él. Supuestamente seres autónomos, pero en la realidad muñecosde plastilina, en manos de quien desea con todas sus fuerzas convertirnos con la varita mágica de la autoridad en espejos de sus intolerantes vidas.
Todos los días vivimos la ilusión de desechar eldestino que se nos ha impuesto, sin darnos cuenta de que en cada etapa de nuestro desarrollo, se instauraron fijaciones propias de la conducta reprobable de las madres: Madres sobre protectoras;madres temerosas del mundo exterior que no permitieron que el niño gateara y lo obligaron a caminar, porque los residuos del suelo podían dejarles grandes cicatrices. Sí, cómo no. O sino pregúntense quepueden decir los desafortunados niños víctimas del caminador, que en su adolescencia fueron blanco de las burlas, por sus piernas garetas. Aunque debo admitir que existen excelentes madres, aquellas enbusca de la perfección, quienes no contentas con un hijo, decidieron traer uno, dos, tres, cuatro... más al mundo, con el fiel argumento de encontrar en cada uno de ellos una cualidad que supere alotro. Obsesionadas en sobresalir a través de los triunfos de sus pequeños, los sitúan en una pista de carreras dónde son a la vez competidores y jueces de la más cruda arbitrariedad, donde hasta lapreferencia por una mascota termina siendo objeto de evaluación y una futura declaración de hostilidades.
Sin embargo, hay una salida; excluirnos con un silencio, muchas veces poco natural o callar a...
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